Estamos en plena temporada de esquí. Aunque el primer mes del invierno no ha sido muy prolífico en nevadas, se espera que a finales de enero las precipitaciones sean copiosas, y esto augura unas buenas semanas para que los esquiadores disfruten de su pasión: pasar unos días haciendo deporte en sus estaciones de esquí favoritas.
Si eres previsor, te conviene reservar cuanto antes tus estancias en alguna estación de esquí, porque es de suponer que, ante las pocas posibilidades de disfrutar de la nieve que ha habido hasta ahora, muchos elijan acercarse en las próximas semanas. Todavía es posible encontrar ofertas de fin de semana de esquí en estaciones tan emblemáticas como Formigal, Cerler o Baqueira Beret. También en estaciones del Pirineo Francés, como Les Angles o Peyragudes.
Esquiades.com pone a tu disposición todas estas ofertas y añade información muy útil para los amantes del esquí, como la actualización del estado de las pistas, mapas, localizaciones de tiendas y hasta webcams que te permiten visualizar en directo las estaciones. Todo para garantizarte que tu fin de semana de esquí es lo más provechoso posible.
A la espera de las grandes nevadas que, según las previsiones meteorológicos, va a traer la borrasca Gloria, las estaciones del Pirineo Catalán, el Pirineo Francés y los Alpes tienen casi todas sus pistas abiertas y en buen estado.
Por ejemplo, Grandvalira tiene más de 130 pistas abiertas y Baqueira Beret más de 100, con nieve de 60 a 130 centímetros. En el Pirineo Aragonés, Formigal tiene nieve de hasta 95 centímetros, y Cerler de hasta 120 centímetros. Sierra Nevada, que hasta las pasadas las navidades sufrió cierta escasez de nieve, tiene ahora más de 60 pistas abiertas con entre 10 y 80 centímetros de nieve.
Eso sí, si tu plan es visitar los Alpes franceses, allí el estado es óptimo, con hasta 412 centímetros de nieve en Val Thorens. Lo mismo puede decirse de los Alpes suizos. La estación de Davos ofrece más de 120 pistas abiertas.
Evidentemente, no todas las pistas ni todos los tipos de nieve son aptos para todos. Hay pocas cosas que gusten más a los niños que la nieve. Por eso, los fines de semana que pasan en una estación de esquí suele ser para todos ellos una experiencia inolvidable, que recuerdan con cariño muchos años después.
Si estás pensando ir por primera vez con niños a una estación de esquí, algunas nociones básicas: las pistas verdes están adaptadas para debutantes. Son, evidentemente, las de menor dificultad, y se caracterizan por tener un recorrido tranquilo y pequeñas cuestas, ideales para aprender técnicas de esquí. Te recomendamos contratar los servicios de profesionales para estas primeras lecciones. Pueden ser clases en grupos reducidos, pero también es posible que contrates un profesor
Si el niño (o debutante adulto) ya ha superado esa fase, enhorabuena: está listo para pasar a las pistas azules, que tienen descensos algo más empinados. Las pistas de nivel rojo ya suponen una dificultad media-alta y cuentan con algunas zonas de riesgo. Por último, si eres un esquiador experto, tienes a tu disposición las pistas de color negro.
En todo caso, una recomendación imprescindible: calienta los músculos y realiza los ejercicios adecuados para minimizar el riesgo de lesiones.
También es conveniente que conozcas cuáles son los tipos de nieve que puedes encontrarte en las pistas. Puede que para quien se está iniciando en los deportes de invierno la nieve sea, simplemente, nieve. Pero un esquiador experto sabe que no es lo mismo la nieve recién caída que la ya compactada. Un dato ilustra esto a la perfección: dicen que los esquimales tienen hasta 40 formas diferentes para llamar a la nieve, en función de sus características específicas.
Pues bien, nosotros no necesitamos tantas categorías, pero sí algunas para saber qué vamos a encontrarnos cuando lleguemos a las pistas:
Nieve polvo: este tipo de nieve es ideal para los aprendices de esquiadores. Es esponjosa y una caída no produce ningún daño. Procede de nevadas recientes, normalmente copiosas,
Nieve dura: evidentemente, es todo lo contrario. Es nieve muy resistente, dura y congelada. Esto la hace ideal para los descensos rápidos, por lo que este tipo de nieve sólo está recomendada para los esquiadores experimentados. Bajar por una pista con nieve dura requiere pericia y entrenamiento.
Combinada: es la situación que se produce cuando sobre la capa de nieve dura cae una nevada reciente, que forma una nueva capa de nieve polvo.
Nieve húmeda: es una situación indeseada por los esquiadores. Ocurre cuando llueve o suben las temperaturas, de modo que la nieve empieza a derretirse y aparecen zonas de charcos, de modo que a veces incluso los esquís pueden llegar a quedarse clavados.
Con esto, ya sólo te queda elegir tu destino y prepararte para pasar un fin de semana inolvidable disfrutando de la nieve.
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