La Toscana, el alma verde de Italia

jms
26/02/2019

La Toscana. Verde. Amarilla. Soleada. Romántica. Espléndida. Fruto de inspiración de tantas historias, de tantos artistas. Lugar de ensueño. La Toscana a veces amanece y te sonríe, y otras veces puede descargar una tormenta y en menos de un minuto dejarte empapado. Todo depende de cómo se haya levantado esa mañana. La Toscana es como esa adolescente caprichosa que nunca sabes cómo va a reaccionar. Tal vez es ahí donde reside su encanto.

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La Toscana, un acogedor paisaje de verdes colinas

 

Texto y fotos: Clara Esparza

Para nuestro viaje a La Toscana nos decantamos por idear una aventura a nuestra medida, con percances y multas de tráfico incluidos. Con gastos de gasolina, de seguros, con horarios de salida y de llegada. Y con mucho entusiasmo, también.

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Las calles de San Gimignano, en la Toscana, llenas de turistas

Conducir por Italia es una experiencia de lo más fascinante. Existen normas de tráfico, sí, las hay, pero la brusquedad impera, y el ritmo no solamente es frenético en la gente de a pie, también en las carreteras. Y no digamos si viajamos a Roma donde el coche provado campa a sus anchas. Pero lo cierto es que a veces el objetivo de un viaje no es tanto el visitar, sino el respirar la libertad, y en ese tipo de situaciones uno no acostumbra a fijarse demasiado en cómo suceden las cosas a su alrededor. Así, carretera y mapa, salimos a conocer en persona el encanto de esta región.

Primera parada, San Gimignano. Este pueblo amurallado fue fundado por los etruscos y aún conserva el aire medieval propio de la época renacentista, momento en el que este lugar se convertía en uno de los puntos de la Vía Francígena, por la que pasaban los peregrinos católicos en su camino a Roma.

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Una de las 15 torres de San Gimignano (Toscana) que todavía se conservan en pie

Se puede apreciar perfectamente la muralla que todavía hoy rodea este pueblecito, no escaso de turistas pero sí aún conservador de su esencia. A las puertas del centro se encuentra El Museo de la Tortura, un lugar de atracción turística con presencia en prácticamente todas las aldeas toscanas, pero especialmente conocido en esta villa. La plaza principal de San Gimignano, la Piazza Cistema nos deja ver algunas de las quince torres que todavía se conservan en esta villa, de las 72 que había.

Nadie debería marcharse de San Gimignano sin echar una vista atrás mientras se aleja. Poder apreciar estas torres, algo que se ha convertido símbolo de esta ciudad, es casi un privilegio. Hacerlo en un día soleado para poder ser testigo del contraste con el verdor de los campos que rodean este lugar, es aún mejor.

Estamos en abril, así que bien pueden pasar dos cosas: Que haga un sol espléndido, o bien que llueva. Pero a pesar de sus caprichos, la Toscana se comporta bien cuando sabe que debe hacerlo, y hoy nos está deleitando con altas temperaturas y mucho sol.

Hacer kilómetros por carreteras italianas convierte nuestra excursión en una experiencia que no muchos en la vida pueden experimentar. El frenetismo y la velocidad de la ciudad desaparecen en cuanto uno se adentra en las estrechas y curvadas carreteras de las afueras. Incluso su luz es distinta, y ello hace de esta región un lugar mágico.
A primera vista podría parecer simple, no estamos en los fiordos noruegos, ni en los inmensos campos de Nueva Zelanda, pero La Toscana es también un lugar de excepción. A veces no somos conscientes de lo cerca que estamos de las cosas más maravillosas.

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Volterra tiene su encanto, aunque no el patrimonio de su vecina San Gimignano

A apenas media hora de San Gimignano nos recibe Volterra, más famosa por su nombre que por su patrimonio, pero un lugar en el que sin duda merece la pena perderse. Conocida por haber formado parte del rodaje de “Luna Nueva”, la famosa película inspirada en la saga “Crepúsculo”, en la que aparece el reloj y una fuente que en realidad no encontramos en la Piazza dei Priori, pero que aun así atrae a los más curiosos.

En esta misma plaza, el reloj protagonista del famoso filme se alza encima del edificio bautizado Palazzo dei Priori. Un nombre que debe a los 18 Priori o Defensores del pueblo que regulaban y administraban la ciudad durante el siglo XIII.

Actualmente, este edificio sirve como sede municipal de Volterra, donde se realizan reuniones frecuentemente, pero cabe decir que es el Ayuntamiento más antiguo de La Toscana y que fue construido con la intención de oponerse al poder de la iglesia, queriendo apartar la centralización de todos los poderes en manos del obispo.
Aquí también dejaron su huella los etruscos, aún se conservan restos de esta civilización, como es el caso de la Porta All’Arco, que daba acceso al pueblo a través de la muralla, los restos de la cual todavía hoy se aprecian.
Un fantástico mirador desde el que se puede observar la parte más rural de La Toscana aparece ante nosotros cuando nos decidimos a investigar a través de sus calles. A su izquierda, una pequeña iglesia se vislumbra entre los pequeños y antiguos edificios del pueblo. Edificios bañados en el sol ya tardío, con sus ventanas entreabiertas y ropa recién lavada colgando de sus pequeños balcones. Todo este conjunto hace de Volterra un lugar agradable, distinto y excepcional.

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Ropa colgada en las calles de Volterra, Toscana, Italia

El encanto de Volterra está en su silencio, en su tranquilidad, en su paz. Y en que de repente puedes toparte con las mejores vistas de La Toscana, solamente callejeando por las estrechas callecitas que se encuentran detrás del Palazzo. Hacen subida, hacen bajada, están vacías, pero habitadas, ¡quién pudiera habitarlas!

Volterra también pasa a tener su lugar en nuestras mochilas. Ya podemos coleccionar dos ciudades más en nuestros álbumes de anécdotas viajeras. Pero la mayoría de veces lo más importante no consiste en cuál o cuáles son nuestros destinos, sino más bien en el camino.

Nuestro camino ha cumplido también todas las expectativas, y eso es porque hay lugares que son esencia, que no son tanto ciudades, edificios, culturas o tradiciones, sino más bien sensaciones, aromas, colores.

La brisa y el aire que se respiran cuando uno viaja por las carreteras de La Toscana, rodeadas de campos, de intensos colores verdosos y amarillos nos trasladan a esa sensación de libertad que tanto ansiábamos en este viaje.

Agencias de Viajes LGTBIQ+ 

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