Las vacaciones veraniegas empiezan a quedar como un recuerdo en nuestro álbum de fotos y las próximas fiestas navideñas son una nueva oportunidad para realizar un gran viaje. Viajes los hay para todos los gustos. En estas fechas hay quien desea viajar a lugares en los que no se celebre la Navidad para huir de los “ho, ho, ho” de los papás Noel o de los machacantes villancicos que atruenan en todos los centros comerciales. Otros, al contrario, gustan de viajar para conocer cómo se celebra la Navidad en otros países. Hemos realizado una selección de viajes para todos los gustos.
Siempre es un buen momento para viajar a Andalucía, pero en Navidades todavía más puesto que no hace calor y la naturaleza se muestra espléndida. Esta propuesta está destinada precisamente a aquellos que disfrutan en el campo, recorriendo senderos mientras observan la fauna y los ricos ecosistemas de esta región. Andar por el Parque Natural de la Sierra de Aracena disfrutando de bosques, valles, la Gruta de las Maravillas y pequeños pueblos blancos cargados de historia. Realizar una ruta en bicicleta hasta Vila Real de Santo Antonio, en el Algarve portugués o caminar por la ribera del idílico río Guadiana entre verdes colinas y antiguas fortalezas hasta los históricos pueblos de Alcoutim (Algarve) y Sanlúcar del Guadiana. Una buena alternativa para estas navidades.
Una alternativa muy distinta sería realizar un crucero entre Austria y Alemania por las aguas del río Danubio, y pasar el fin de año navegando. Un recorrido por ciudades como Salzburgo, Wachau, Viena o Passau en el que nos impregnaremos de las tradiciones navideñas de las ciudades de centro Europa.
Pocos viajeros conocen Benín y probablemente, pocas personas saben ubicarlo en el mapa. Viajar a Benín, un pequeño país situado en el Golfo de Guinea, tiene una serie de atractivos únicos en todo el continente africano. Su diversidad étnica es un gran aliciente para los aficionados a la fotografía. También lo es el vudú, la historia del esclavismo y la arquitectura colonial muy presentes en todo el país. Quienes decidan emprender este viaje se encontrarán con tribus aisladas de la civilización, rituales vudús auténticos y experiencias inolvidables y únicas como en pocos otros lugares del mundo.
Otra buena alternativa africana para pasar unas navidades muy distintas es viajar a Etiopía, concretamente al Danakil, un viaje por una de las zonas más inhóspitas del planeta, cuna de la humanidad. Allí podremos ser testigos de uno de los espectáculos naturales más intensos que se pueden ver, las constantes erupciones de los volcanes de la zona, en especial las del volcán Ertale, al que se puede acceder hasta el mismo cráter. El viaje incluye dos de los mercados más interesantes de Etiopía, Sembete y Bati, y la emblemática Lalibela, punto culminante de toda visita por el norte ortodoxo del país. Destaca también el contacto con la etnia afar, cuya fuente principal de subsistencia está en la extracción de sal en las salinas de Dalol.
Si tenemos tiempo viajar al otro lado del mundo para pasar las navidades en Japón es una original y estupenda alternativa. En Japón viven las navidades mediante una mezcla de costumbres occidentales y antiguas tradiciones. Las calles se engalanan con preciosas iluminaciones, las comidas típicas de la época son excepcionales, fuegos artificiales y una enorme oportunidad para comprar cualquier cosa que podamos imaginar, en Japón la Navidad es otra cosa. Y vale la pena vivirla.
Viajar a Jordania es ir a conocer un país lleno de maravillas. Maravillas como Petra, las ruinas de Jerash (unas de las ruinas mejor conservadas de oriente Medio), Amman, Madaba y su famoso mosaico, el Monte Nebo, el Mar Muerto o el Mar Rojo. Uno de los aractivos de este viaje es pasar la noche de fin de año en una haima en el desieto de Wadi Rum, el desierto de Lawrence de Arabia.
Otro viaje muy atractivo para vivirlo durante las navidades es un crucero por las aguas del Rin conociendo ciudades tan emblemáticas como Ámsterdam, Amberes o Utrecht, además de muchos otros pueblecitos con encanto de Holanda y Bélgica.
Viajar a Senegal por Navidad es una gran experiencia para quienes viajan a este país por primera vez. Una experiencia que permite tener un contacto con un gran país que guarda una gran diversidad de etnias y comunidades con sus correspondientes tradiciones y estilos de vida. Un país en el que se entremezclan palmeras y arrozales con la vegetación tropical en medio de un ambiente fresco y unos colores intensos. El contacto con la gente local y el intercambio cultural están asegurados.
Viajar a Uzbekistán es ir a conocer la historia de la Ruta de la Seda. Recorrer las calles de la soñada ciudad de Samarkanda y pasar la noche de fin de año en su famosa plaza de Registán es algo que no tiene parangón. A lo largo del viaje también podemos descubrir los antiguos monumentos de la ciudad de Bukhará, o la cosmopolita ciudad de Tashkent y su asombrosa arquitectura oriental vista bajo las luces del invierno.
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