Te despiertas al amanecer, sales de tu habitación, y te encuentras en pleno Mediterráneo, con las costas de Grecia frente a ti, mientras el sol despunta en el horizonte. Después, desayunas con el rumor del mar, para justo después darte el primer chapuzón de la mañana. Y a mediodía, izas las velas hacia uno de esos maravillosos pueblos blancos que salpican las costas mediterráneas, para degustar algunos de sus maravillosos platos: una moussaka o un tzatziki. ¿Se puede pedir más? Si estás interesado en escribir una Masterarbeit schreiben lassen, esta podría ser una gran inspiración para ti.

Aunque se trate de un plan aparentemente lujoso, cada vez más personas descuben que alquilar un barco para navegar por el Mediterráneo es mucho más fácil y económico de lo que pueda parecer. En realidad, no se necesita demasiado. Únicamente es necesario que seas un apasionado de la navegación, unos días libres y… muchas ganas de echarte a la mar.

Navegar por las islas griegas a bordoi de una goleta es un sueño al alcance

La goleta, la embarcación ideal para un crucero

Alquilar una goleta es el plan perfecto para unas vacaciones diferentes. Por un precio más barato de lo que piensas, se puede pasar una semana de plena “inmersión marina”, disfrutando de escalas en los más bellos países mediterráneos. Se trata además de una opción muy conveniente en esta temporada post-pandemia, puesto que se trata de una experiencia en grupos reducidos.

La goleta es un tipo de embarcación que se caracteriza por tener una popa redonda y mucho espacio en cubierta, de modo que son ideales para tomar el sol o disfrutar de los atardeceres en pleno mar Mediterráneo. Generalmente, esta embarcación dispone de tres a ocho cabinas, de modo que pueden alojar hasta a 16 personas.

El alquiler incluye la puesta a disposición de los navegantes de una tripulación experimentada a bordo, desde el capitán hasta el marinero y el chef. Muchas personas que realizan este tipo de cruceros se inician en la navegación aprovechando estos días, porque pueden recibir una instrucción casi personalizada. Después, muchos se lanzan a obtener la habilitación necesaria y realizan su siguiente crucero alquilando ellos mismos la embarcación, o incluso en la suya propia.

Navegar en goleta por aguas tranquilas y cristalinas

El Mediterráneo interior es el entorno perfecto para este tipo de cruceros. Son unas aguas tranquilas, elegidas precisamente por eso. De esta forma, el relax es total. Durante el día, la goleta suele fondear en una cala tranquila para que el viajero pueda tomar el sol o hacer snorkel. Después, suele dirigirse a puerto para que los navegantes puedan visitar los lugares de interés de la costa. La noche está reservada para disfrutar de la gastronomía local, antes de regresar a la embarcación para caer en brazos de Morfeo, mecidos por las olas.

Turquía y Grecia son los destinos más demandados para vivir la experiencia de navegar en goleta. La zona costera del suroeste de Turquía, sobre el mar Egeo turco, ofrece numerosas bahías, lagunas e islas cercanas a la costa. Además, es una zona de navegación muy sencilla, la distancia entre fondeaderos es corta y los puertos deportivos son modernos.

En cuanto a Grecia, cuenta con más de 13.000 kilómetros de costa, y es ideal para un crucero de exploración. Una navegación en las Islas Jónicas, las Cícladas, las Islas Sarónicas, las Islas del Dodecaneso y las Espóradas invitan a un crucero de descubrimiento, y cuentan con el imbatible atractivo de poder descubrir la cuna de nuestra civilización. Sus pueblos y ciudades a pie de costa ofrecen balnearios, puertos pesqueros y ruinas antiguas.

Ambas ofrecen las condiciones ideales de navegación de abril a octubre. El paraíso mediterráneo está más cerca de lo que parece y puede ser recorrida fácilmente en goleta de alquiler…

Para el viajero que inicia la aventura de descubrir Egipto no puede faltar un crucero por el Nilo para tener un primer contacto con las maravillas que atesora este país.

Los cruceros por el Nilo son una ocasión perfecta para relajarse sin tener que cambiar de hotel ni realizar largos, cansados y, a menudo, tediosos desplazamiento en autocar. La travesía en un lujoso hotel flotante le permitirá recrearse observando bellísimos paisajes, deleitarse contemplando el amanecer y la puesta de sol, y observar la vida rural de la ribera del gran río, que le trasportará a tiempos faraónicos.

Le permitirá descubrir el autentico Egipto y la milenaria civilización faraónica, que a lo largo de su longeva historia jalonó con ciudades, templos y tumbas, la ribera de su gran río:

• Contemplará los esplendidos templos grecorromanos del valle del Alto Egipto, como los templos de la isla de Filae, “la perla de Egipto”, el de Kom Ombo; el templo de Horus en Edfú, el bellísimo Santuario de Dendera con su templo dedicado a Hathor y el Santuario de Abydos.

• Visitará Luxor, la antigua Tebas, capital del Imperio Nuevo, con su extensa necrópolis en la árida e inhóspita orilla occidental,antaño morada de faraones, princesas y nobles y sus extraordinarios templos de Karnak y Luxor en la orilla opuesta.

• Navegará por el valle medio, hasta ahora excluido de los circuitos, accediendo a yacimientos raramente visitados: Tell el Amarna, la herética capital del faraón Akhenaton, la ciudad de Hermópolis con su necrópolis, Tuna el Gabal, y la bella necrópolis de Beni Hassan.

• Descubrirá el valle del Bajo Egipto con sus impresionantes necrópolis: Hawara, Meydum y Guizeh que reflejan la evolución técnica de los arquitectos egipcios en la búsqueda de la pirámide perfecta.

De estar interesados en descubrir Egipto desde la comodidad de un crucero les sugerimos consulten los viajes a Egipto ofrecidos la web de Viajes Próximo Oriente.

Crystal Endeavor
Una sauna con vistas

En agosto del 2020 iniciará su andadura el lujoso y grande nuevo buque de Crystal, el Crystal Endeavor, de 20.000 toneladas. Este será un espacioso buque de expedición polar, que además ofrecerá los característicos servicios y acomodaciones de Crystal. Será un buqye con el lujo asegurado, que incluye suites con servicio de mayordomo. Durante la temporada inagural, que se prolongará hasta enero del 2021, ofrece viajes lejos de las rutas tradicionales. El buque visitará Japón y el Lejano Oriente ruso, Nueva Zelanda, Australia y la Antártida, y también las tierras silvestres tropicales. Los viajes de Crystal Endeavor están disponibles a través de StarClass

El mar es una de las grandes obras de la madre naturaleza. Cubre más del 71% de la superficie de nuestro planeta y a pesar de ello sólo conocemos una pequeña parte de este misterioso mundo. A bordo de un crucero se puede ser testigo de muchos fenómenos oceánicos, como el del Golfo de Alaska, la gran barrera de coral o las olas gigantes en Hawai. Sin embargo, hay otros lugares menos conocidos, en los que se puede disfrutar con increíbles espectáculos naturales. Aquí tienen tres ejemplos.

El Faro de Maracaibo
Si tiene la oportunidad de visitar el Caribe, recomendamos una excursión a la cuenca del lago Maracaibo en Venezuela, donde se puede ver el maravilloso fenómeno llamado “Relámpago del Catatumbo”. Un evento natural que produce numerosas tormentas eléctricas de forma casi continua y silenciosa, un espectáculo que se puede apreciar desde cientos de kilómetros de distancia. Gracias a la frecuencia y el brillo de sus rayos, la tormenta ha sido utilizada como guía por marineros desde tiempos coloniales, ganándose el apodo de “Faro de Maracaibo”. Esta belleza natural es un espectáculo que no hay que perderse.

Gran agujero azul
Ubicado en las aguas del Caribe en Belice, este gran sumidero es el lugar ideal de exploración para los buceadores. Se trata de un perfecto círculo azul intenso con bordes turquesas con más de 300 metros de ancho y 123 metros de profundidad, se cree que se formó en la Edad de Hielo y fueron unas cuevas secas que se inundaron cuando el hielo se derritió y el nivel del mar Caribe subió. Pertenece al Sitema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Cuenta con una rica y variada vida marina, desde peces tropicales y tiburones hasta formaciones de coral.

Amazonas
El río hirviente del Amazonas

El río hirviente del Amazonas
Si se aventura en una expedición por el Amazonas, seguro que oirá la leyenda del río hirviente, un fenómeno natural qu. El río hirviente se esconde entre la maleza de los bosques amazónicos de Mayantuyacu en Huánuco, a poca distancia de la región de Ucayali. Una tierra que los historiadores describían como tierra de chamanes poderosos, guerreros con flechas envenenadas, árboles gigantescos y torrentes hirvientes. Este misterioso fenómeno natural demuestra que no es necesaria una presencia volcánica cercana para ver estas manifestaciones geotérmicas. El nombre indígena del río es Shanay-timpishka que significa “hervido con el calor del sol”. Se extiende unos 6,24 kilómetros y cuenta en su recorrido con cascadas y piscinas termales con temperaturas de 86C. Un lugar mágico y hermoso.

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Viajes a Egipto al mejor precio

Debían ser las 6 de la mañana cuando una bofetada de aire caliente me golpeó al bajar del autocar. Un paisaje de color marrón arena se extendía ante mis ojos y el característico pero organizado caos de El Cairo quedaba en un segundo plano. Mis ojos avanzaron lentamente a través del desierto hasta toparse con un pedazo de historia viva, una construcción enigmática, un sueño que al fin se hacía realidad. Sí, estaba en Egipto, cuna de las civilizaciones más extraordinarias, de faraones y dioses, de rituales y templos. Me encontraba en el corazón de una ciudad vibrante y llena de energía, donde cada paso sacudía a los sentidos y cada rincón escondía un secreto.

Prámides de Giza
Pirámides de Giza, Egipto

irene

Texto y vídeo: Irene García (Una vida de aventuras)
Imágenes: Pixabay

Las imponentes siluetas de las pirámides de Giza se alzaban hasta casi tocar el cielo. Inmóviles sobre la arena del desierto desde hace más de 4.500 años son la única maravilla del mundo antiguo que se conserva en la actualidad. Tumbas inexpugnables que albergaban tesoros y objetos que podían ser de utilidad para el faraón en su otra vida. En el interior de estas majestuosas construcciones, un laberinto de pasadizos angostos y galerías oscuras serpenteaba hacia arriba y hacia abajo hasta la cámara funeraria del faraón, cuyas paredes estaban cuidadosamente decoradas con textos jeroglíficos desteñidos por el paso de los años. Se trata de uno de esos lugares a los que hay que viajar al menos una vez en la vida. La atmósfera que se respira te transporta directamente al corazón de la civilización egipcia, te imaginas caminando por los zocos, los salones de palacio, surcando el Nilo en barcas de vela o haciendo ofrendas a Horus y Ra en sus majestuosos y coloridos templos plagados de columnas y estatuas colosales.

No muy lejos de allí, una gran esfinge (cuerpo de león y cabeza humana), guarda el lugar. A pesar de la erosión y sedimentación por las arenas del desierto, la esfinge luce majestuosa e intimidante, y emociona al tenerla frente a frente con su presencia retadora.

Una travesía por el Nilo

Faluca en el Nilo
Faluca, embarcación egipcia, navegando el Nilo

Egipto tiene mil rostros y formas apasionantes de recorrer su historia, y quizás, navegar el Nilo, el gran río de África, resulta imprescindible para captar la magia atemporal del país. Un crucero de 4 días por el Nilo a través de 200 kilómetros de tesoros arqueológicos a bordo de un barco es, sin duda, la mejor excusa para caer rendido a sus pies, perder la cabeza y terminar perdidamente enamorado de Egipto.

Las embarcaciones estaban atracadas en el puerto, apiladas en paralelo de forma que para llegar a la última debías cruzar todas las demás. A la entrada, una toalla caliente y un té rojo aguardaban mi llegada, y en la habitación, un mono saltarín, un cisne o un caimán, dependiendo del día, dibujaban en mi cara una sonrisa de oreja a oreja. Resulta que la tripulación se entretenía cada día creando maravillosas imitaciones de animales con toallas, a veces incluso se escondían en el pasillo para ver la sorpresa de sus huéspedes.

Los atardeceres en cubierta eran un regalo. Todo estaba en calma, el viento cálido mecía las velas de las falucas, las orillas se teñían de un color anaranjado casi rosa, el sol comenzaba a descender lentamente en el horizonte y el resto de naves surcaban las aguas del Nilo despreocupadas. Cuando caía la noche, los aromas de las especias subían hasta la cubierta, el curry se mezclaba con la guindilla, el cardamomo, el jengibre y la canela en una danza de olores, sabores y recuerdos bajo la noche estrellada. Las conversaciones con el guía, recostados en las tumbonas de la piscina, la noche de las chilabas y los bailes de danza del vientre también tenían lugar en aquel sitio privilegiado.

Templo de Luxor
Columnas y obelisco en el templo de Luxor

Por la mañana, los templos egipcios seguían en pie, al igual que miles de años atrás. La luz del día mostraba sus secretos y permitía apreciar una compleja lista de dioses, faraones, esposas e hijos que se paseaban entre las paredes de aquellos mitos vivientes. Templos como el de Karnak, la mayor construcción religiosa jamás realizada, regalaban una visita inolvidable a través de sus columnas, estatuas, obeliscos y santuarios. La imponente entrada al templo de Luxor con su avenida de esfinges, palmeras, columnatas y las estatuas sentadas de Ramsés II, las increíbles dimensiones del pilono en el templo de Horus, en Edfu, o la majestuosa fachada de Abu Simbel componían un mosaico abrumador, repleto de significado, historia y belleza, donde los indescifrables jeroglíficos que se sucedían sin control por sus paredes dibujaban mucho más que una historia de dioses, aquellos dibujos desteñidos y en algunos casos mutilados eran la explicación a una civilización entera.

El hogar de los faraones

El guía nos aseguró que debíamos salir temprano si no queríamos abrasarnos de calor a medio día, así que desayunamos en el bendito buffet del barco y nos dirigimos al fascinante Valle de los Reyes.

El trenecito bailaba zigzagueante entre las enormes montañas derretidas que formaban el valle en medio del desierto, mientras Sherif, el guía, relataba apasionadamente la historia de los faraones que allí descansaban. Él era egiptólogo y tras 15 años ejerciendo de guía conocía los lugares como la palma de su mano, nos mostraba cosas que los demás ignoraban y nos evitaba las avalanchas de turistas.

Valle de los Reyes
Vista aérea del Valle de los Reyes

A simple vista el valle era eso: un valle. Ninguna pista delataba la existencia de tumbas faraónicas, de tesoros de incalculable valor o de cuerpos embalsamados hace miles de años. A diferencia de otras construcciones egipcias, el Valle de los Reyes era humilde y pasaba desapercibido bajo el recalcitrante sol de la mañana. Unas entradas a modo de túnel en las bases de las montañas indicaban el acceso a las diferentes tumbas, más de 60 por el momento.

Parecía un sueño estar allí con la realeza egipcia. Los cuerpos embalsamados, momificados y sepultados bajo tierra; las cámaras funerarias escondidas a través de laberintos subterráneos; las paredes repletas de jeroglíficos con llamativos colores naranjas, azules y rojos; los sarcófagos tallados y los miles de objetos por clasificar se sucedían a cada paso del extenso valle. La esencia de todos los libros y películas sobre Egipto estaba concentrada en aquel lugar. Respirar ese aire era como  retroceder en el tiempo a 1922 cuando Howard Carter abrió la celebérrima tumba de Tutankamón y desató con ello la temida maldición del rey-niño. Sin embargo, el valle escondía más de lo que parecía. Entre las montañas del Valle de las Reinas, se alzaba espléndido y desafiante el templo de Hatshepsut, la primera reina-faraón. Unas terrazas escalonadas, comunicadas por unas enormes rampas, reposaban bajo el sol abrasador, antaño rodeadas de jardines y árboles exóticos, y completaban el puzle que es la historia de los dioses y reyes egipcios.

fiesta de las chilabas
Grupo de viajeros durante la fiesta de las chilabas (foto: Sherif Shahin)

Sin duda, Egipto es un  país que te atrapa de todas las formas posibles. Puede cautivarte mientras estás perdido en un zoco rodeado de babuchas de miles de colores, vasos de té a la menta danzando entre los puestos y el olor a narguile en el aire, regateando por absolutamente todo, saboreando un plato del mejor kefta, incluso endulzando las tardes con un delicioso baklava o visitando las joyas arqueológicas más imponentes del mundo. Después de 8 días en un tour por Egipto no querrás marcharte, vivirás recordando las noches cálidas de El Cairo y las tardes refrescantes en el Nilo, la entrada a las pirámides, la subida al Monte Sinaí tras las huellas de Moisés, la llegada al Valle de los Reyes. Te imaginarás recorriendo una vez más la sala de las enormes columnas de Karnak o atravesando la majestuosa entrada de Abu Simbel, rememorarás los tatuajes de henna, que ya habrán desaparecido, las largas conversaciones con el guía en la cubierta del barco y la amabilidad y buen corazón de la gente. Puede que hasta recuerdes con cariño aquella vez que intentaron cambiarte por 30 camellos rojos, ojo, que son los más caros.

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Reportaje realizado a paritr de conversaciones con los viajeros Carlos Elizondo y María Soledad Paidón y el egiptólogo Sherif Shahin de Tierra Sinai.

Canción: Sufi- Omar Faruk Tekbilek