Estados Unidos está bajo un fenómeno meteorológico conocido como “vórtex polar”, con temperaturas que superan los 30º bajo cero. En estas circunstancias es básico que los aviones sigan un proceso de descongelación antes de emprender el vuelo. La compañía Delta Air Lines cuenta con 235 estaciones equipadas para descongelar, de las cuáles 195 están en Estados Unidos.

El proceso, fundamental para asegurar un despegue seguro, consiste en pulverizar una sustancia pastosa sobre el fuselaje, la cola y las alas. El producto aplicado elimina e impide que el hielo y la nieve se acumule sobre el avión. En Atlanta, Nueva York u otros aeropuertos los pasajeros que se asomen por la ventanilla podrán ver unas extrañas máquinas trabajando sobre el avión antes del despegue.

El hub de Delta en Minneapolis-St Paul (MSP) es uno de los mayores en operaciones de deshielo en la red que la aerolínea tiene en Estados Unidos. Aquí dispone de una flota de 28 vehículos y más de 200 agentes de pista.

En función del tamaño del avión, en el proceso de descongelado pueden intervenir hasta cuatro vehículos. Cada uno de ellos dispone de un conductor y un agente. Cuando se rocía sobre la plataforma, se puede asignar a un miembro adicional de la tripulación para que se comunique con la cabina de vuelo y complete la inspección final antes de autorizar el despegue.

En el transcurso del proceso, los pilotos bajan los flaps de las alas y deshabilitan el sistema de ventilación del avión por un tiempo, para evitar que el olor del glicol entre en la cabina de pasajeros. En función del tamaño del avión el proceso puede durar entre 5 y 10 minutos.

Ken Sandhu, director del programa de deshielo de Delta, explica que “los agentes de pista son un grupo dedicado. Estamos siempre preparados para lo peor . Cada estación cuenta con todo el personal necesario y los tanques llenos de glicol preparados para lo que el clima les depare”.