Marbella es una ciudad perfecta para programar unas vacaciones en familia o con amigos. Además, se puede acceder a sus 24 playas con facilidad y organizar unos días con actividades diferentes para disfrutar del mar y del buen tiempo. Por ejemplo, alquilar un barco en Marbella es una actividad muy popular. Así se puede alquilar una lancha, un catamarán o una embarcación sin licencia, la cual permite que cualquier persona pueda ser el capitán de barco. Estas son embarcaciones pequeñas muy sencillas de manejar, por lo que cualquier usuario puede utilizarlas con facilidad.
La ciudad malagueña cuenta con cuatro puertos en los que poder comenzar con la ruta: Puerto Deportivo Marbella, Puerto Banús, Puerto Deportivo Marina La Bajadilla y Puerto Cabopino. Independientemente del puerto por el que empieces podrás disfrutar de toda la costa con comodidad.
Es una ruta perfecta para ir recorriendo las playas y llegar hasta la de Punta Plata. La primera playa que encontraremos será la Playa Nueva Andalucía, que comienza en Puerto Banús y continúa un kilómetro al oeste. De arena oscura y gruesa ofrece al visitante la típica playa mediterránea. A lo largo de la playa se extienden pequeñas calas. La más popular es la playa El Rodeito.
La siguiente playa es Cortijo Blanco, la más tranquila de la zona, alejada de todo el bullicio. El lugar perfecto para hacer una parada y disfrutar del buen tiempo, tomar el aperitivo y el sol en alta mar. Es un lugar paradisiaco lleno de palmeras y enmarcado por el pico de Sierra Bermeja. Una vista espectacular para vivirla con calma.
La próxima parada será la playa de Linda Vista, dejando atrás la playa de San Pedro de Alcántara, una playa con una alta ocupación y muy popular, pero que no es de las mejores de Marbella. A diferencia de Linda Vista que es una playa muy concurrida durante el periodo no estival, por sus servicios y bares y al que suelen acudir muchos turistas en busca del buen tiempo.
La embarcación continuará navegando hasta la playa de Guadalmansa, perfecta sobre todo para los meses de verano en los que se desea estar tranquilo y relajado. La vista es muy bonita y se puede observar cómo se convierte en el paraje perfecto para pasar un rato disfrutando del sol. En esta playa también se podrá encontrar la posibilidad de realizar Kitesurf por si hay algún valiente que se anime.
Para terminar la siguiente parada será en la playa de Punta Plata, el lugar perfecto para que puedan fondear las embarcaciones, ya que está muy cerca de la Rada. Es una cala estrecha y rodeada de grandes urbanizaciones. A esta cala suelen acudir, sobre todo los vecinos de la zona por su cercanía a esta.
Escaparse a Marbella unos días es el plan perfecto para desconectar con la familia, amigos o con la pareja. Además, navegar es una tradición que no puede faltar en la ciudad malagueña. Elige la embarcación que mejor se adapte a tus necesidades y comienza la aventura. No hay nada mejor como el mar para descansar de verdad.
En la punta noreste de Brasil, junto al océano Atlántico, hay una ciudad llamada Natal en la que, se dice, podemos encontrar las mejores playas del país. De hecho son las playas preferidas de los propios brasileños. A Natal se la conoce como la Ciudad del Sol por sus más de 300 días de sol al año.
Situada en la punta nororiental del subcontinente, en el estado de Rio Grande do Norte, Natal es la ciudad brasileña más cercana a Europa.
Sus espectaculares playas hace años que la han convertido en destino preferido, no tan solo de los brasileños, sino que también de los europeos que buscan precisamente esto, arena fina y blanca, aguas cristalinas y olas.
En la mayoría de sus más de 20 kilómetros de playas, tanto en las más urbanas como las más salvajes, hay unas magníficas condiciones para la práctica del surf. Con una extensión tan grande también hallamos zonas ideales para la práctica de todo tipo de deportes acuáticos y otras en las que el agua crea piscinas naturales rodeadas de dunas y palmeras. Debido a la gran cantidad de turistas que acuden a esta zona, aquí es donde hay una mayor cantidad de camas de hotel per cápita de todo el país.
Los atractivos de Natal son variados y numerosos. Uno de ellos y no de los menores es aventurarse a hacer un paseo de buggy por las dunas de la zona. A bordo de unos de estos divertidos vehículos, con el sol y el aire en la cara, se siente una inmensa emoción. Visitar las extensas zonas de dunas, ideales para realizar fotografías, o acercarse a la playa de Jenipabu donde la cadena de televisión Globo ha filmado numerosas telenovelas, son muchas de las experiencias que dificilmente olvidaremos. Los menos osados pueden rebajar la aventura alquilando un coche para salir a descubrir los más lejanos rincones a su aire.
La playa de Ponta Negra es la más famosa y conocida de Natal por lo que también es la más retratada en las postales de la ciudad. A ello no es ajeno la presencia del Morro de Careca, una duna de 100 metros de altura y a la que en el 2004 se prohibió el acceso para evitar su degradación. El agua de Ponta Negra es ideal para el baño y para la práctica de deportes por lo que es la más frecuentadas por turistas y por la población local. Precisamente uno de sus habitantes, Jadson Andre, está considerado uno de los mejores surfistas del mundo. No olvidemos que esta playa está situada junto al barrio más turístico de la ciudad, famoso por su gran variedad de bares y restaurantes.
La playa más cercana al centro de la ciudad de Natal es la Praia do Meio. No es extraño pues que sea una de las más frecuentadas por los habitantes de Natal. Durante la marea alta se forman encantadoras piscinas naturales.
Aunque no está propiamente en Natal, la playa de Pirangi, no se halla muy lejos y es un lugar que ofrece especiales atractivos como el mayor árbol de anacardos (cajueiro) del mundo, unas aguas ciertamente mansas y diversas actividades en la playa.
La playa de Jenipabu es una de las más populares de todo el estado. Está unos 25 kilómetros al norte de la ciudad y sus aguas acostumbran a ser tranquilas. Uno de sus atractivos es que está escasamente urbanizada y en ella se organizan paseos en camello.
La playa de Pipa está en el municipio de Tibau do Sul, que antaño fue un pueblo de pescadores y, aunque es un poco difícil llegar, es uno de los lugares más turísticos del estado por lo que tiene una infraestructura de ocio muy destacada. No dejar de realizar un paseo en barca en el que muy probablemente podremos observar delfines. Buenas vista y una playa adecuada para el surf y otros deportes, buenos restaurantes, cocoteros y una inigualable puesta de sol la convierten en una de las playas de visita obligada.
Dicen que todos los tonos del verde se encuentran en Sri Lanka. Que a medida que va cambiando el paisaje puedes apreciar la variedad; desde el verde lima de los campos de arroz hasta el verde oscuro de las palmeras, pasando por el turquesa del mar. Dicen que el esrilanqués, más que hacer, está. Vive y deja vivir, y contagia al viajero de un espíritu pacífico y sosegado. Poco a poco van dejándose atrás las prisas y el estrés característicos del turista que quiere verlo todo, arriesgándose a quedarse sin nada.
Texto: Judit Vela
Fotografías: Tuareg
Video: Oficina de Turismo de Sri Lanka
Dicen y tienen razón. No hace falta mucho tiempo en el país para descubrirlo. Sólo llegar nos invade esa agradable sensación de tranquilidad, que contrasta con la intensidad de la luz, de los colores, del olor a especias y del calor húmedo. Sri Lanka es un país que sorprende por su variedad. Al contrario de lo que uno pueda pensar o imaginar antes de venir, no solo estamos ante un destino de playa idílica. Sri Lanka es más y es menos, es la lágrima de la India pero también la sonrisa, es afrutada y picante, acogedora y reservada. Es la tierra de los mil nombres.
El triángulo cultural
Quien más quien menos conoce algo sobre los mayas y los aztecas. Parece ser que se llevaron toda la fama sin dejar nada para los demás. Por ello, cuando la guía nos explica que en Sri Lanka existió una cultura milenaria experta en sistemas de riego, tanto o más avanzados que los impantados por los egipcios, no podemos dejar de sorprendernos. Nos empapan de conocimiento mientras visitamos templos, ruinas y ciudades, muchas declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO. La mayoría, además, con nombres imposibles para nosotros. Cada uno le da su toque personal al pronunciarlos mientras los demás ríen al escuchar la nueva versión.
Anuradhapura, Polonnaruwa y Sigiriya forman el denominado triángulo cultural. No recordaremos sus nombres, pero sí la larga cola de gente antes de subir a la cima de la roca León en Sigiriya, a 285 metros de altura, y lo mucho que vale la pena esa espera. Su posición elevada nos regala una vista panorámica de 360 grados tan espectacular que al instante olvidamos el esfuerzo de la subida. Nos hallamos rodeados de jardines y de una vegetación tan espesa como infinita.
A nuestro alrededor vemos y oímos a más esrilanqueses que a turistas, ya que el estado da un día de fiesta a los trabajadores de sus empresas y los lleva a visitar un lugar del país. Este año los trabajadores de la confección visitan Sigiriya. Gracias a ello podemos ver a tantas mujeres luciendo elegantes vestidos de colores. Nos sentimos frustrados al comprobar que nuestras cámaras no logran captar la belleza del lugar, pero sabemos que la visita se ha impregnado de un aire auténtico que permanecerá en nuestra memoria.
Tapices de té
Sin embargo, la roca León en Sigiriya no es, ni de lejos, la zona más alta del país. Cambiamos radicalmente de paisaje. Dejamos atrás esa primera parte cultural y nos dirigimos hacia el verdadero techo del país, hacia las inmensas plantaciones de té en montañas que parecen tapices. Bajo el sol, las mujeres tamiles recolectan hojas a una velocidad récord, cargando en sus espaldas sacos llenos de cosecha y desafiando la gravedad sobre un terreno desigual. Enfundadas en sus saris de colores, nos sonríen a pesar del esfuerzo, como si nuestra presencia allí hiciese más ameno su trabajo.
Sri Lanka es el mayor exportador de té del mundo. Nos encontramos en el centro del país, en una ciudad colonial llamada Nuwara Eliya o, coloquialmente, "Little England" (Pequeña Inglaterra). El famoso té de las cinco, tan típicamente inglés, proviene de estos campos de cultivo y puede saborearse gracias a las curtidas manos de estas mujeres. La pureza de su aroma invade el lugar, y la temperatura es mucho más agradable aquí arriba, en las Tierras Altas de Sri Lanka.
Llegamos en tren y marchamos en tren, el mejor medio de transporte para apreciar el lugar. Parece de juguete y serpentea entre paisajes bucólicos y pintorescos, recorriendo tranquilo las laderas de montes y colinas a 2.000 metros de altura. Desde la ventana, la niebla nos induce a creer que viajamos por encima de las nubes. Quizás no es el más confortable del mundo, pero viajar en él nos da la oportunidad de compartir impresiones e intercambiar sonrisas con los lugareños.
Paz interior
Una visita a la colosal estatua de Buda, de 12 metros de altura, esculpida en roca de una sola pieza. Un paseo en barca por el río Madu, observando a los típicos pescadores zancudos y su peculiar forma de pescar. Una jornada de descanso, rodeados de palmeras, arena blanca, playas desiertas y tropicales… En esta ocasión, el mar está demasiado bravo y movido para permitirnos nadar en él. Es el riesgo que corremos si visitamos el país en época de monzón. Lo que sí podemos es contemplar las olas de un paisaje costero que, sorprendentemente, no recibe aglomeraciones de turistas. Todo ello, mientras disfrutamos de los mejores sabores del país: piñas, cocos, bananas de mil tipos…
Nunca habíamos pensado que comer sano podía llegar a ser tan placentero. Aquí, la fruta y la verdura saben a néctar de dioses. Sus colores vivos y brillantes nos resultan más apetecibles que nunca. Después de unos días hemos conocido muy de cerca la paz interior, la amabilidad, la paciencia y la felicidad oriental que tan necesaria es también para nosotros. Los ojos curiosos de los lugareños siguen fijándose en los grupos de viajeros con interés, a pesar de recibirlos durante todo el año sin descanso.
Nos hemos adaptado al ritmo lento del país, tan lento como el caminar de los elefantes que hemos podido ver y tocar en su hábitat natural. Despedimos la tierra del té, de los elefantes y de las sonrisas con una sensación de bienestar sin precedentes. Volveremos por gusto, pero también por necesidad. La necesidad de parar el tiempo, de pausar nuestra ajetreada vida y hacerla eterna. Tan eterna como Sri Lanka, la tierra de los mil nombres.
Reportaje realizado a partir de entrevistas con Pilar Petit (guía en Sri Lanka), Gemma Suñé y María A. Edo, viajeras.
Rascacielos, playas, una amplia oferta hotelera, parques temáticos, toboganes de agua, muchas tiendas, fiesta por todas partes y mucho ambiente. Benidorm es desde luego la pequeña Nueva York de la Costa Blanca, un destino vacacional ideal para todos los públicos, sobre todo para aquellos que quieren pasar las vacaciones en familia y exprimir el máximo de tiempo juntos fisfrutando con las mejores aventuras.
Texto y fotos:
Christian Rico
Muchos piensan que se trata tan sólo de una ciudad masificada como cualquier otra, una ciudad de turismo de masas donde las primeras palabras que asocia nuestra cabeza son guiris y fiesta. Pero en realidad Benidorm es mucho más que todo eso. Tras ambas etiquetas se encuentra una ciudad con una gran oferta de planes para realizar juntos en familia, incluyendo niños, abuela e incluso el perro si se desea. Él también se las merece, seguro.
Las opciones de alojamiento en Benidorm son infinitas, pudiendo encontrar desde apartamentos u hostales a precios más económicos, en el caso de aquellos que son de pasar el día haciendo turismo y sólo quieren un lugar para dormir, hasta grandes complejos hoteleros para quienes deseen disfrutar de las instalaciones y sentirse los reyes por unos cuantos días. Otra cosa no será, pero grandes instalaciones no faltan en esta ciudad. Hay desde balnearios hasta teatros con grandes espectáculos en las mismas instalaciones hoteleras. Aún así, lo interesante en este destino es ver qué es lo que hay fuera, ya que a pesar de la inmensidad de hoteles, en Benidorm se puede disfrutar de un casco histórico puramente Mediterráneo. En éste los protagonistas son las casitas blancas con manisas azules, las calles peatonales, los numerosos bares y terrazas de tapas, los puestos hippies y el Balcón del Mediterráneo, con vistas a un géiser y a las playas de Poniente y Levante.
Desde dicho balcón también se puede ver la Isla de Benidorm, famosa por el anidamiento de gaviotas, por formar parte del Parque Natural de Serra Gelada y por su riqueza piscícola. Se puede acceder a ella a través de excursiones en barco y una vez allí se puede dar un paseo en familia, disfrutar de las vistas a la ciudad, tomar alguno de los platos mediterráneos que ofrece su restaurante o realizar alguna de sus diversos actividades marinas como son el submarinismo o excursiones en barco de visión submarina. ¿Quién dijo que Benidorm era tan sólo guiris y fiesta?
Desde la Playa de Levante también se pueden realizar todo tipo de actividades acuáticas, ya sea buceo por las rutas naturales de La Llosa, la ruta Punta Gabri o la de Los Arcos como cualquier otro tipo de deporte acuático más aventurado. El skysurf, el windsurf, el flyboard y el parapente son algunos de los más populares, pero su variedad es mucho más amplia. Es por eso que algunos también llaman a Benidorm como "La meca de los deportes acuáticos", donde la adrenalina nunca falla.
Y es que la adrenalina tampoco falla en sus parques acuáticos y temáticos. Aqualandia es el parque acuático más antiguo en la ciudad y cuenta con el tobogán más alto de Europa y con el tobogán cápsula más alto de todo el mundo. ¡Ambos son de vértigo! Aqua Natura es el parque acuático más reciente pero se destina más para la diversión con familia y no tanto en emociones tan fuertes. Aunque si son emociones fuertes lo que se busca se puede ir a los parques temáticos, sobre todo si se es más de secano. Actualmente ambos parques lo conforman lo que antiguamente era uno. Por un lado está Iberia Park, que es la zona de atracciones más relajadas, habiendo atracciones aptas para casi todas las edades y un spa en el que parece que estés en la más profunda Roma con ruinas por todas sus lagunas. Y por el otro lado está la zona de atracciones más fuertes conocida como Terra Mítica, nombre que recibía antiguamente todo el parque y por el que todavía muchos lo conocen. Aún así, es destacable mencionar que se puede pagar una entrada combinada y disfrutar de ambos parques a la vez, como si de uno sólo se tratara. Así se disfruta de todo un poco, que los extremos no son buenos.
Tampoco se pueden olvidar los parques de Terra Natura y Mundomar, siendo el primero un parque zoológico y el segundo un parque de animales marinos. Ambos conforman también un atractivo turístico para las familias, sobre todo para los más pequeños, que podrán ver a sus animales favoritos e imitarlos, nadar con los delfines, bucear con leones marinos o aprender a ser unas auténticas sirenas. Una experiencia única que los peques no olvidarán nunca y que sacará de los más mayores al niño que llevan dentro.
Es así que no cabe duda que Benidorm tiene mucho que ofrecer para pasar unas vacaciones en familia. Sólo hay que saber cuál es el plan que se adapta más a los gustos de cada uno y empezar a disfrutar de una auténtica aventura neoyorquina.