Altos y abruptos montes vigilan y protegen las llanuras llenas de viñedos de la Rioja Alavesa. Amplias extensiones de territorio que cambian de color a medida que se suceden las estaciones. Y en medio, pero sin estorbar, preciosos pueblos medievales, bodegas y casas rurales. La Rioja Alavesa celebra este año 2020 el 15 aniversario de la Ruta del Vino.
A tan solo media hora de la capital de Euskadi, Vitoria-Gasteiz, la Ruta del Vino de Rioja Alavesa ofrece al visitante el encanto y embrujo de su paisaje, actividades enoturísticas, culturales, de naturaleza y gastronómicas durante todo el año. En la Ruta participan los 23 pueblos de la comarca y más de 140 establecimientos.
Una ruta que se caracteriza por el turismo gastronómico y el enoturismo promocionando la riqueza de la gastronomía comarcal, mediante la cooperación público-privada. Y es que la Ruta del Vino de Rioja Alavesa forma parte del proyecto 'Euskadi Gastronomika', Club de Producto formado por productores, restaurantes, bares, tiendas y otros establecimientos gastronómicos en Euskadi que cumplen una serie de criterios de exigencia y compromiso.
Para que nadie tenga excusas para no ir, el turismo familiar tiene su propia oferta en la que los niños pueden disfrutar de numerosas actividades junto a sus padres.
La ruta no deja a nadie indiferente. En ella podemos visitar bodegas únicas que son auténticas obras de arte, y que van desde la arquitectura al estilo chateâu de Bodegas Campillo, hasta las espectaculares obras vanguardistas firmadas por arquitectos de talla internacional, entre ellos Santiago Calatrava, Iñaki Aspiazu, Philippe Mazières o Frank Gehry. Todas ellas conviven en perfecto equilibrio y las formas caprichosas de sus creaciones se integran en el entorno dando lugar a un paisaje de imponentes vistas.
Aunque la Ruta gire alrededor de la cultura del vino y uno de sus objetivos principales es la visita de bodegas, las catas comentadas, o los maridajes de vino con música, la comarca ofrece múltiples posibilidades de ocio. Podemos admirar poblados y dólmenes prehistóricos, pasear por sus lagunas de gran riqueza ornitológica, darse el capricho de asistir a una cena teatralizada con el personaje de Samaniego y sus fábulas, o participar en las numerosas experiencias que se ofrecen. También es posible disfrutar de actividades en los viñedos que permiten realizar las labores propias de cada época del año y que tienen como broche una parrillada al sarmiento, rutas en bici o paseos en kayak por el Ebro.
Desde hace 15 años, la Ruta del Vino Rioja-Alavesa no ha dejado de consolidarse y hacer crecer año tras año su oferta turística. Cada año aumenta sus ofertas personalizadas dirigidas a todo tipo de personas, desde parejas a familias o grupos de amigos, desde amantes del vino hasta amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre.
Y un secreto muy bien guardado. En la Rioja Alavesa se cultiva un olivo de la variedad Arroniz con el que se elabora un aceite virgen extra de perfil equilibrado y complejo, con matices en el aroma que van desde la oliva verde a las especies y olivas maduras. Un producto de primera poco conocido que es posible porqué la variedad Arroniz es resistente a las heladas y presenta una floración tardía que evita los fríos primaverales, características ideales para el clima de la comarca, que se debate entre el continental y el mediterráneo. Su recolección se realiza tras la vendimia.