Entre el 11 y el 20 de septiembre se celebran en Namur (Valonia/Bélgica) las Fiestas de Valonia, que conmemoran la tradición y el folclore valón en un ambiente festivo de lo más cosmopolita. Una de las actividades más destacadas del programa es la lucha de los Zancos de Namur. Dos equipos rivales subidos en zancos compiten con el objetivo de derribar a sus contrincantes para que uno de sus integrantes sea el último que quede en pie.

Como toda fiesta popular que se precie, las Fiestas de Valonia tienen un momento ágido y éste no es otro que la lucha por el zanco de oro de los Echasseurs. Éste es un antiguo término valón -que no francés- que designa a personas con zancos que luchan entre ellos, hasta tirar a los oponentes al suelo, para que quede un solo hombre en pie, que es el que lleva el zanco de oro. Los zancos son simétricamente iguales: de 202 centímetros, y quienes los calzan llevan los pies apoyados en una suela y los agarran con los brazos (desde la espalda).

Antes de la pandemia, miles de personas presenciaban este “combate”, que tiene una longeva historia de más de 600 años. Desde 1411, los “mélans” y los “aversses” conviven en Namur. Son los dos y únicos equipos de Echasseurs que hay: los primeros, con zancos amarillos y negros, viven en la ciudad vieja de Namur; los segundos, de rojo y blanco, son de la ciudad nueva y los suburbios. Con los años, esta designación se ha difuminado, ya que, a causa de la gran popularidad de los zancudos, se apunta gente de toda la región. De hecho, tal es la importancia de los Echasseurs que llegaron a postularse ante la UNESCO para ser reconocidos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Cada tercer domingo de septiembre, ambos bandos se reúnen en la plaza de Saint Aubin, en un ring rodeado de espectadores. En la edición de este año y a cayusa de la pandemia habrá que reservar los asientos. Cuando el combate empieza, el primer objetivo es colectivo; es decir: los “mélans” contra los “aversses”, hasta que quede un equipo en pie. Con un solo color de zancudos en el cuadrilátero, tiene lugar lo que se conoce como bout-a-tot: todos contra todos, hasta que solo uno se mantiene sobre sus zancos y es el que resulta ganador del zanco de oro. Todo un orgullo para él, para su equipo, para Namur y para Valonia.

Además de este famoso combate, los días previos los Echasseurs pasean por Namur subidos a sus inseparables zancos, vestidos con su tradicional traje rojo, tambores, trompetas y vítores. Las Fiestas de Valonia completan su programa con conciertos, este año con el rapero belga Roméo Elvis como nombre más destacado.

Cada año, cuando llegan los carnavales, los medios publican decenas de reportajes sobre estas celebraciones. Carnavales como los de Gran Canaria, Rio de Janeiro, Venecia y/o Sitges llenan páginas y páginas de diarios y revistas, y horas de televisión y radio. Sin embargo a lo largo del planeta tienen lugar otras celebraciones de Carnaval mucho más pequeñas pero no por ello menos espectaculares y que los medios ignoran. Este es el caso del Carnaval de Binche, en la región valona de Bélgica.

La ciudad de Binche está a unos 15 kilómetros de la capital cultural de Valonia, Mons. La pequeña población de Binche se llena de color y multitudes cuando llega carnaval, ya que este municipio alberga uno de los más antiguos e icónicos de Europa, que fue declarado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO en el 2003.

Para ser un Guille en Binche hay que cumplir un buen número de requisitos

Los protagonistas del carnaval de Binche y quienes lo hacen único son los Gilles. Más allá de la espectacularidad de sus máscaras de cera con gafas y bigote y sus coloridos trajes, las estrictas normas que hay que cumplir para llegar a ser un Gille son la razón por la cual esta fiesta conserva su folclore y su familiaridad.

Para hacernos una idea de la especificidad de este carnaval hemos de tener en cuenta que solo pueden ser Gilles aquellos hombres mayores de edad nacidos en Binche o que hayan residido en la localidad durante los últimos cinco años. Aunque si un hombre es capaz de demostrar que sus antepasados fueron “binchois”, también se le permitirá desfilar como Gille durante el “Mardi Gras” - el martes de Carnaval-, el único día que están autorizados a participar. Pero esta no es la única condición.

Binches Carnaval
El Martes de Carnaval es el único día en el que los Gilles pueden desfilar

Una vez superado el rocambolesco camino que permite a los “binchois” formar parte de las comparsas, el comportamiento se convierte en una clave fundamental. Un Gille debe mostrar una buena conducta durante el carnaval y debe respetar el baile tradicional. De la misma manera, la buena presencia es un valor añadido, ya que, por ejemplo, no se pueden vestir guantes y se solicita que el pelo de la persona no sobrepase el pasador que se lleva en el cabello.

Además, una de las grandes curiosidades de este carnaval es que el traje de Gille no vuelve a casa de ninguno de los protagonistas: cada año los Gilles tienen que alquilar su disfraz ya que no pueden tenerlo en propiedad. También está prohibido salir del municipio con el colorido traje. Así lo marca uno de los dichos populares más conocidos de la localidad: “¡Un Gilles nunca se va!”.

Del 23 a 25 de febrero del 2020, el campanario de Binche - Patrimonio Mundial de la UNESCO - y sus calles serán testigos del desfile espectacular de más de 1.000 Gilles, un desfile que aunará hasta tres generaciones de Gilles de la misma familia: abuelos, padres e hijos participan de forma conjunta en este carnaval icónico.

Bélgica / Valonia La tradicional separación entre valones y flamencos en Bélgica queda claramente expresada en sus páginas turísticas. Una para valones y otra para flamencos, aunque ambas regiones, obviamente, incluyen información sobre la capital, Bruselas. El diseño de esta página es muy moderno y en ella encontramos una completa información práctica, para viajar por Valonia y para encontrar todo tipo de alojamiento. Está en castellano.

Comentario realizado el 12 de agosto del 2021