Los viajes en coche pueden ser una gran aventura sobre todo si se va en familia. Viajar en coche es una de las opciones más elegidas por familias con hijos pequeños ya que, dependiendo del destino, suele ser la más económica y la más cómoda, al poder parar cuando los niños lo necesiten o poder disponer del coche en el lugar de destino.

Comprobar el estado de las alfombrillas, del aceite o de la presión de las ruedas es algo que se debe hacer antes de iniciar un viaje para evitar cualquier tipo de percance.

En este sentido, estas Navidades pasadas, por ejemplo, se produjeron en carretera casi 20 millones de desplazamientos. Tantos desplazamientos tuvieron una explicación, en buena medida, por las cancelaciones de trenes por parte de RENFE en sus huelgas convocadas para las fiestas, en total, 271 trenes, de los cuales 39 eran AVES.

Cuando emprendemos un viaje en cohe es muy importante comprobar que éste esté en buenas condiciones

Tener que coger el coche para un viaje largo de manera improvisada hace necesaria una reflexión sobre la importancia de tenerlo a punto todo el tiempo, aunque no siempre se suele conseguir.

La mayor parte de los accidentes, -estas últimas Navidades fueron 49 frente a los 44 de la Navidad de 2018- se deben por distracciones al volante, el consumo de drogas o alcohol y, sobretodo, por el uso del teléfono móvil que, aunque se englobe dentro de las distracciones, merece casi un capítulo propio. De hecho, ya se está implantando el “modo coche” en los teléfonos móviles.

En cualquier caso, los fallos del vehículo también son otro de los motivos más usuales en los accidentes. Normalmente se puede pensar en un fallo en el motor, pero también el motivo puede ser que la alfombrilla del coche esté tan gastada que acabe enganchándose a alguno de los pedales dificultando una conducción correcta.

En cualquier caso y aunque falte aún un poco para el siguiente desplazamiento largo, aquí dejamos una lista de temas que hace falta comprobar antes de salir de viaje en carretera:

Estado de las alfombrillas. Como se señalaba antes, puede parecer banal, pero si están en mal estado, pueden interferir en una normal conducción. Por ello también es importante comprar alfombrillas a medida y colocarlas correctamente. La empresa Sólo Alfombrillas se encarga de todo y con tiempos de entrega muy reducidos. Así, se pueden comprar alfombrillas de coche personalizadas si se quiere dar otro aire, pero siempre respetando las medidas. No importa que sean alfombrillas para Audi, BMW o Seat, esta empresa especializada trabaja con unos altos parámetros de calidad. Podéis comprar las alfombrillas de vuestro coche en www.soloalfombrillas.es .

Neumáticos. Comprobar la presión de las ruedas es algo rutinario y a lo que se le debería prestar atención ya en el día a día. Esto requiere más importancia cuando se va a hacer un desplazamiento de largo recorrido. Igualmente, también conviene asegurarse de que se cuenta con la rueda de repuesto y que ésta está en buenas condiciones. No hay que olvidar coger cadenas si se va a atravesar algún tramo donde pueda haber mucha nieve y ser necesarias.

Aceite y filtros. Antes de un viaje conviene pensar desde cuándo no se cambia el aceite y, si toca pronto, adelantarlo. Igualmente, se recomienda usar siempre la marca recomendada por el fabricante.

Limpiaparabrisas y agua. No se sabe si lloverá por el camino o si una tropa de cien mosquitos es estampará contra el cristal, por eso es importante comprobar que funcionan bien los limpiaparabrisas y si se cuenta con jabón y agua suficiente para limpiar el cristal si es preciso.

Batería. Si el coche ya ha tenido episodios de falta de batería, quizá antes del viaje sea el momento de cambiarla. Si se prefiere no hacer, se aconseja viajar con unas pinzas por si acaso alguien tiene que prestar ayuda por el camino.

Luces. A veces no nos damos cuenta cuando se funde alguna bombilla, así que hay que comprobar antes que los intermitentes, los frenos, las luces de posición o de antiniebla funcionan correctamente, tanto para la seguridad propia como para la del resto de la carretera.

Correcto anclaje de las sillitas. Esto es fundamental si se viaja con niños pequeños. Hay que asegurarse que la sillita está perfectamente anclada y que sea la reglamentaria a su edad. Igualmente, para distraer a los niños, se suele poner una Tablet. Lo más común es que sea detrás del asiento delantero, así que hay que contar con los soportes correctos y comprobarlo antes de iniciar el viaje para que, si algo falla, se pueda remediar.

Estas son algunas de las cuestiones que se deben comprobar antes de salir, pero lo mejor es llevar el coche al taller para que haga una exhaustiva revisión también de otros aspectos más técnicos y viajar completamente seguros, con el cinturón puesto y con el móvil lejos para no tener la tentación de mirarlo.

 


Un coche, buena compañía, la maleta, ganas de viajar y mucha marcha. Eso, ni más ni menos, es todo lo que necesitas para recorrer Portugal en siete días, pues aunque parezca que el país vecino se limite a los grandes núcleos urbanos como son Lisboa u Oporto, cuenta con una gran riqueza de paisajes.

Portugal en coche 7 días

  1. - Antes de empezar el viaje
  2. - Mejor época para viajar a Portugal
  3. - Itinerario
    1. Día 1 : Guimaraes
    2. Día 2 : Braga, Bom Jesus, Barcelos y Oporto
    3. Día 3 : Aveiro, Praia de Barra, Costa Nova y Coímbra
    4. Dia 4 : Catedral de Batalha, Fátima, Óbidos y Peniche
    5. Día 5 : Sintra, Cascais, Cabo de Roca, Estoril y Lisboa
    6. Día 6 : Lisboa
    7. Día 7 : Algarve
  4. - ¿Qué llevar en la maleta?
  5. - ¿Qué comprar en Portugal?

Christian Rico

 

 

Texto y fotos:
Christian Rico Moreno

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en Portugal

Antes de empezar el viaje

Antes de empezar nuestra ruta, cabe mencionar que viajar en coche por Portugal puede llegar a ser toda una aventura. No sólo por el hecho de que viajar en coche te ofrece mayor libertad para moverte, sino por los tipos de carreteras y por la singular (por llamarlo de algún modo) manera de conducir que tiene los portugueses. Por otro lado hay muchos y buenos hoteles en Portugal.

La primera opción y la más divertida es tomar las carreteras nacionales, que van de pueblo en pueblo y que en su mayoría tienen una calzada tan vieja en las que el coche vibra tanto que parece que el asiento tenga opción de masajes.
La segunda opción son las autovías, que tampoco dejan de ser divertidas, ya que en ellas tienes que jugar al juego de aprender cómo funcionan, pues todas son de pago y vas haciendo los pagos a cada pocos kilómetros. Llegará un momento en el que pensarás que te has equivocado de carril de tantas veces que tienes que pagar.

Una vez hayamos sopesado ambas opciones y decidido qué visitar en Portugal en siete días, podemos empezar la ruta.

Nosotros empezamos viajando por las carreteras nacionales y al poco tiempo nos cambiamos a las autovías. No sabría decir cuál es más divertida de las dos, pero si cuál es la más cómoda, y ésta es la segunda opción.

Guimaraes
Centro histórico de Guimaraes

Mejor época para viajar a Portugal

Portugal, oficialmente República Portuguesa, está situado al oeste de la Península Ibérica y, por consiguiente, tiene un clima similar al de las regiones españolas con las que tiene frontera. La parte norte comparte situación climática con Galicia y el este con Extremadura y con la provincia de Huelva. Por consiguiente y es una verdad de perogrullo, en verano hace calor y en invierno, al ser un clima atlántico puede llegar a hacer bastante frío. La República Portuguesa también incluye dos archipiélagos ubicados en el Atlántico Norte: el de las Azores y Madeira. En las Azores hay una gran actividad volcánica por lo que es conveniente estar bien informado de lo que ocurre antes de viajar allí. A raíz de su ubicación geográfica estas islas son bastante húmedas con abundantes precipitaciones y un intervalo de temperaturas menor.

Itinerario del viaje Portugal 7 días

Día 1 - Guimaraes

Empezando por el norte, dependiendo la hora del día a la que llegues podrás visitar más o menos sitios, pero suponiendo que no dispones del día entero dejaremos para empezar Guimaraes.

El colorido centro histórico de Guimaraes está cualificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su castillo está declarado Monumento Nacional y considerado como una de las siete maravillas del país.

Si se da el caso que tienes más tiempo para visitar otros lugares, puedes aprovechar para empezar a visitar la siguiente ciudad de la ruta y dejar más tiempo para visitar las grandes ciudades como son Lisboa u Oporto.

Oporto
Puente Don Luis I, Oporto
Braga
Santuario de Bom Jesus do Monte, Braga

Día 2 - Braga, Bom Jesus, Barcelos y Oporto

En el segundo día el tour es más completo, visitando Braga, el santuario de Bom Jesus y Barcelos por la mañana y la bella ciudad de Oporto por la tarde. La primera de ellas es la ciudad religiosa por excelencia de Portugal, Durante el asentamiento romano había sido la capital y su catedral es una de las más significativas de la zona. A 5 kilómetros de ésta y en lo alto de una montaña, se encuentra el conocido Santuario de Bom Jesus.

En un principio a nosotros nos resultaba poco atractivo y estuvimos a punto de retirarlo de la lista y seguir nuestra ruta, pero al final lo visitamos y resultó ser una de las grandes sorpresas de nuestro viaje. Nada más llegar pudimos comprobar que no había simplemente un santuario, sino que estaba rodeado de un gran parque con un lago, canoas, unas vistas panorámicas de la ciudad, estanques diversos y una preciosa cascada en una cueva cubierta de flores.

Barcelos, es un pueblo pequeño en la línea de Braga o Guimaraes, pero que merece la pena visitar sobre todo por su puente medieval y su emblemático gallo.

Por la tarde y noche, la visita es para Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal, cuyo centro histórico está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde es obligatorio hacer una cata de vinos en Vilanova de Gaia. ¡Están de muerte!

Costa Nova
Casas de colores en Costa Nova

Día 3 – Aveiro, Praia de Barra, Costa Nova y Coímbra

Aunque sólo se haya pasado una tarde en una ciudad tan grande como Oporto, si se aprovecha el tiempo se habrá visitado lo fundamental de la ciudad y se podrá seguir la ruta, pues 7 días son pocos para un país con tanta diversidad paisajística como es Portugal. El tercer día se puede ir de buena mañana a Aveiro, llamada la “Venecia portuguesa” por sus pequeños y encantadores canales, y seguidamente disfrutar de sus entrañables playas de costa atlántica, como son la Praia de Barra con su faro centenario y Costa Nova con sus coloridas casas. Ésta última no deja de ser una zona de veraneo para familias portuguesas, pero sus tradicionales casas a rayas de colores hacen que la visita sea inevitable. Finalmente, después de empezar el día tranquilamente por las playas de Aveiro hay que ponerle las pilas a los pies para visitar Coimbra, famosa por su universidad, su catedral y sus cuestas. Piensa la parte positiva: una vez has subido, lo siguiente es todo bajada.

Batalha
Catedral de Batalha

Día 4 – Catedral de Batalha, Fátima, Óbidos y Peniche

El cuarto día toca hacer una ruta tranquila y se empieza visitando la catedral gótica de Batalha.

Seguidamente, siguiendo la ruta dirección al sur se puede parar en Fátima para admirar su inmensa plaza y observar los rituales de los peregrinos, como es el de ir de rodillas hasta la “Capelinha” para hacer penitencia. Una vez visitadas, la mejor opción es adentrarse en la época medieval en la villa amurallada de Óbidos, con sus estrechas callejuelas y su precioso castillo. Se puede recorrer toda la villa a través de sus murallas, pero siempre con cuidado, ya que están muy pulidas de tanta gente que camina sobre ellas. De hecho, nosotros casi nos caemos más de una vez. Finalmente, para acabar este día puedes acercarte a Peniche para admirar sus curiosos acantilados y sentir la brisa del mar. Las vistas son impresionantes.

Día 5 – Sintra, Cascais, Cabo de Roca, Estoril y Lisboa

El quinto día la visita es para Sintra, Cascais, Cabo de Roca, Estoril y Lisboa. La primera de todas es la centenaria ciudad de Sintra. Se podría decir que es la ciudad más bonita de Lisboa con sus callejuelas, el Palacio Nacional, el Museo del Juguete y sus castillos y palacios en los que te sentirás como en un cuento de hadas. Las zonas de Cascais, Estoril y Cabo de Roca están muy cerca entre ellas. Las dos primeras son zonas de playa con lujosas casas donde las familias pasan el verano mientras que la tercera constituye el punto más occidental del continente europeo. Un paseo por todas estas zonas te permitirá relajarte antes de entrar en la capital portuguesa y visitar la Torre de Belem, que se encuentra más apartada del centro y así al día siguiente te puedes dedicar al resto de la ciudad.

Lisboa
Tranvía 28, Lisboa

Día 6 – Lisboa

El sexto día se debería dedicar por entero a Lisboa.

En la bella capital portuguesa se encuentra la plaza Rossio, el Castillo de Sao Jorge, el barrio de Alfama, la Plaza del Comercio, la Torre de Belem y su catedral, entre otros. Teniendo sólo un día para visitar la ciudad, la mejor forma de hacerlo es a través del famoso tranvía 28, que te dará un paseo por todo el centro y te evitará subir las numerosas colinas de la ciudad. Además, al final de su recorrido encuentraremos una pastelería premiada por tener los mejores pasteles de nata y es toda una ventaja para todos aquellos que no tienen tiempo de hacer alguna de las colas para conseguir los famosos pasteles de Belem. Tengo que decir que no sé cómo están los pasteles de Belem, pero de los de Lisboa tan sólo una cosa y es que no dijimos si nos gustaban o no, sino que repetimos directamente.

Día 7 – Algarve

El Algarve se puede visitar el cabo de San Vicente por el camino y luego visitar algunas playas para pasear si es invierno, pero si es verano os recomiendo ir a alguna de sus playas como Praia da Rocha, Praia de Carvoeiro o la Praia de Dona Ana para bañarte, tomar el sol y volver a casa al menos con energías renovadas. Aun así, tengo que reconocer que en mi caso no pude evitar curiosear cada uno de sus rincones, cuevas y túneles varios. Fue todo un placer aventurarme por ellos.

Tras 6 días de viaje gastando energía a más no poder, el último día de nuestra ruta se dedica a descansar en las famosas playas del Algarve.

Siete días en coche de alquiler por Portugal 

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¿Qué llevar en la maleta?

Quien vaya a viajar a Portugal ha de tener en cuenta dos cosas en el momento de preparar la maleta. La primera es que ha de llevar el mismo tipo de ropa que utilice en España, ya sea verano o invierno. Esto es así, excepto si va a las islas donde seguramente necesitará ropa más veraniega y un buen chubasquero. La segunda es que ha de preveer que fácilmente regresará a casa más cargado de lo que marchó, por lo cual es interesante llevar alguna bolsa/maleta vacía.

¿Qué comprar en Portugal?

En las tiendas portuguesas hay muchas tentaciones. El país vecino produce una muy variada y atractiva artesanía. Destaca su cestería, cerámica, bordados (sobretodo manteles), alfombras, cobre, latón, hierro forjado, madera y cuero. Además no podemos regresar de Portugal sin una botella de Oporto en la maleta.

Ya hemos dicho que la artesanía portuguesa es una auténtica tentación para el viajero. Cada región y hasta cada pueblo y ciudad tiene sus productos típicos, entre los que también hay que destacar los productos alimentarios como los pasteles de nata que, con variantes, hallaremos en todo el país.

portugal

Página oficial de turismo de Portugal

Mucha gente se preguntará qué se puede visitar Escocia en siete días. Y la pregunta no es ésta sino justo la contraria, qué no visitar Escocia en siete días. Y a esto nadie puede contestar por qué no hay nada en Escocia que no valga la pena conocer. Hasta la carretera más secundaria merece nuestra atención.

Índice de contenidos recorrer Escocia en 7 días

Texto y fotos: Josep M. Serra

Escocia, donde el camino es el viaje

Escocia hay que conocerla en coche, a nuestro aire. Nosotros recorrimos Escocia en coche durante siete días. Hicimos una ruta circular, pero podríamos haber hecho muchas otras. O sea que a Escocia siempre hay que volver, porque no te la acabas en una sola vez.

En este reportaje os explicamos nuestro recorrido en coche por Escocia, día a día. Fue maravilloso, pero cualquier otro recorrido que hagáis también lo será sin duda.

Hay varias cosas importantes a tener en cuenta antes de iniciar el camino.

Empecemos nuestro viaje por Escocia.

Día 1. Barcelona - Edimburgo - Perth

Llegamos a Edimburgo en avión y, tras recoger un coche de alquiler, nos dirigimos hacia el norte, hacia Perth, donde pasaremos nuestra primera noche. Dejamos la visita a Edimburgo para el final del viaje. Nuestra intención era visitar Saint Andrews antes de llegar a Perth, pero el enorme retraso del avión (gracias Vueling) nos hace desistir de la idea. Nos perdemos conocer esta población famosa por ser la cuna del golf, por su vida universitaria y sus ruinas medievales. Otra vez será.
Dormimos en Perth, una agradable población en la que destaca la iglesia de San Juan.

El Palacio de Scone, a escasos kilómetros de Perth

Día 2. Perth - Aberdeen

Tras un copioso desayuno nos dirigimos a conocer el cercano Palacio de Scone, vivienda habitual del conde de Mansfield y su familia. Construido en 1580 y reconstruido a principios del siglo XIX es un magnífico edificio rodeado de un enorme y precioso jardín en el que pasean pavos reales. En el palacio se visitan estancias suntuosas, repletas de muebles y de obras de arte. Es un buen lugar para empezar a recorrer Escocia.
De Scone viajamos al pequeño y turístico pueblo de Pitlochry en cuya presa, construida en el rio Tummel, disfrutamos viendo subir a los salmones.

Llegados a este punto hay que hacer un par de  incisos. Escocia está plagada de castillos. Si os gustan no os los acabareis. Nosotros vimos unos cuantos pero nos dejamos muchos por ver. Y si os gusta el whisky no olvidéis que estáis en el lugar adecuado.
Las montañas del Parque Nacional de Cairngorms parecen pintadas por mano humana

Tras visitar Piltochry nos dirigimos hacia Aberdeen por una carretera que atraviesa el Parque Nacional de Cairngorms, cuyas montañas forman la zona de terreno elevado más extenso de Gran Bretaña. La ruta es larga pero de una gran belleza. De hecho paramos cada dos por tres para hacer fotografías. Nos desviamos un poco para ver si es posible visitar el castillo de Balmoral, lugar de veraneo de la Reina, pero como imaginábamos está cerrado. Llegamos a Aberdeen y paseamos por sus calles que a estas horas están empezando a quedarse vacías. Esta ciudad está repleta de parques, jardines y bellísimos arreglos florales (no es por nada que Aberdeen haya ganado el galardón de “Mejor Ciudad” de Britain in Bloom 13 veces). Cerca del centro paseamos hasta la playa de arena y el puerto, uno de los mejores lugares de Europa para observar delfines, excepto el día que fuimos nosotros.

Elgin
Las impactantes ruinas de la catedral de Elgin

Día 3. Aberdeen – Inverness

Nos dirigimos hacia Inverness, pero primero hacemos escala en Elgin donde disfrutamos con la catedral, o lo que queda de ella. Un visita realmente singular. Elgin es famosa por la elaboración de productos con lana cashmere por lo que no nos resistimos a la tentación de entrar en la tienda adjunta a la fábrica Johnston of Elgin que lleva cerca de 220 años fabricando prendas tradicionales de lana. Toda una tentación.

Lossiemouth
Una cabina junto a la playa en Lossiemouth

Desde Elgin nos acercamos a la costa para visitar el pueblo de Lossiemouth y su pequeño puerto flanqueado por dos playas de arena. En tierra la calma es total, algunas personas paseando por las playa aprovechando la marea baja, gaviotas ojo avizor por si pueden pillar algo de comer. En el cielo no paran de pasar aviones militares procedentes de la cercana base de la RAF situada hacia el oeste, en Moray.
Seguimos camino hacia Inverness, la principal ciudad y centro comercial de la Highlands (Tierras Altas). En esta ciudad desemboca el río Ness, cuyas orillas proporcionan unos agradables paseos hasta las Ness Islands. Estas islas llenas de pinos, abetos, hayas y sicomoros están comunicadas con las orillas mediante puentes peatonales victorianos y resultan un lugar ideal para hacer un pícnic.

El castillo de Urquhart con el lago Ness al fondo

Día 4. El lago Ness y Fort George

Decidimos madrugar para poder llegar temprano al castillo de Urquhart, donde nos tememos que habrá una muchedumbre (como así es). La puntualidad tiene premio y podemos visitar las ruinas de este magnífico castillo con poca gente a nuestro alrededor, aunque pronto empiezan a llegar riadas de turistas. Estamos junto al lago Ness y no podemos dejar de pensar si vamos a ser los primeros en ver al famoso monstruo. Las vistas son excelentes y el lago enorme. El monstruo no aparece.
A la salida nos dirigimos a un embarcadero para hacer realidad uno de nuestros sueños: navegar por el lago Ness. La meteorología se alía con nosotros y deja caer una espesa niebla que se apoya sobre las aguas del lago. El paisaje se vuelve inquietante, al fondo se vislumbra el castillo a ratos, el paseo es muy reconfortante y realmente vale la pena.
Tras reponer fuerzas nos encaminamos otra vez al norte para visitar Fort George, un enorme fuerte de artillería construido en 1748 como base del ejército de ocupación británico en las Highlands. En definitiva un fuerte no para defender a los escoceses sino para defenderse de los escoceses. La construcción, que vigila el estrecho de Moray Firth, tiene un perímetro de cerca de dos kilómetros y para recorrerlo se tardan unas dos horas, siempre con vistas al mar. Entre otras curiosidades el fuerte alberga un cementerio de perros en el que están enterradas las mascotas de los oficiales.

Por el camino, el paisaje obliga a pararnos una y otra vez

Día 5. Inverness – Helensburg

Volvemos a dirigirnos hacia el sur por una carretera que bordea el lago Ness y nos depara magníficas vistas. Dejamos el lago atrás y atravesamos unas cadenas de redondeadas montañas en las que vemos numerosas personas realizando marcha nórdica. Un lugar muy agradable para caminar, sin duda. Tras un largo camino llegamos al lago Lomond done queremos visitar el acuario (somos muy aficionados a visitar acuarios). Éste no es muy grande pero hay una buena variedad de tiburones, de punta negra, de punta blanca, tiburones gato, un tiburón albino, un martillo y unos alucinantes tiburones tapiz.
Después del acuario nos dirigimos a la ciudad de Helensburg donde sobreviven numerosas mansiones de cuando fue una importante ciudad balneario. Ahora se ha convertido en una ciudad dormitorio debido a su proximidad con Glasgow, ciudad que, por cierto no vamos a visitar esta vez. Antes de cenar paseamos por el agradable paseo marítimo.

Edimburgo
Los turistas abarrotan el castillo de Edimburgo

Día 6. Helensburg – Edimburgo

Salimos de nuestro alojamiento rumbo al castillo de Stirling, una fortaleza que ha jugado un papel fundamental en la historia de Escocia. Desde las murallas del castillo se ven los escenarios de dos grandes batallas entre escoceses e ingleses: Stirling Bridge (1297) y Bannockburn (1314). En el Stirling Bridge se produjo la decisiva victoria de William Wallace, que se conmemora en el cercano National Wallace Monument, y que fue inmortalizado en el cine por Mel Gibson en el film “Braveheart”. En el interior del castillo hay numerosos lugares interesantes y sorprendentes aunque, por encima de todos, destaca el Great Hall, la mayor sala de banquetes construida en Escocia. Su promotor fue Jacobo IV en 1503. Tras visitar el centro del pueblo y acercarnos al National Wallace Monument, nos dirigimos a Edimburgo.

Día 7. Edimburgo

Edimburgo es una gran ciudad coronada por un gran castillo cuya visita es imprescindible, y en cuyo interior se encuentra el Palacio Real. Las guías dicen que este castillo es el monumento de pago más visitado de Escocia. Y no nos extraña porqué ya al entrar hay una larga cola. Desde el exterior se disfruta de unas espléndidas vistas sobre la ciudad. Y en su interior podemos admirar los Honours of Scotland, es decir la corona y el cetro de Escocia y la espada del Estado, símbolos escoceses que se usaron por primera vez en la coronación de Maria Estuardo en 1543.
Tras el castillo lo mejor es recorrer la ciudad y su Royal Mile (Milla Real) que cuando la visitamos nosotros estaba animadísima en pleno Festival de Teatro de Edimurgo.

Visitando Edimburgo

Como hemos alargado un día más y nuestro avión no sale hasta el mediodía, decidimos madrugar para acercarnos a la cercana Rosslyn Chapel, la enigmática iglesia en la que se rodaron las últimas escenas del film “El Código Da Vinci” basado en la famosa novela de Dan Brown. Fue construida a mediados del siglo XV y en ella no hay un rincón que no sorprenda al visitante. Además de flores, vides, ángeles y figuras bíblicas, las piedras talladas muestran muchos ejemplos del “hombre verde”, un antiguo símbolo pagano de la fertilidad. Otras figuras están asociadas a la masonería y a los templarios. Hay investigadores que piensan que la Rosslyn Chapel es una especie de almacén templario secreto, y se ha llegado a afirmar que bajo la capilla hay sótanos que podrían esconder desde el Santo Grial a la cabeza de San Juan Bautista.
Un bello final para un bello viaje.

No todos los escoceses llevan falda, ni tampoco todas las escocesas, todo hay que decirlo. De hecho pocos escoceses y pocas escocesas las llevan hoy en día. El clima seguro que ayuda. Cuando un escocés se pone la falda siempre es para algo importante: tocar la gaita, participar en una competición de deporte rural, casarse o ir a una gran fiesta, y es entonces cuando la falda adquiere todo su sentido.

Texto y fotos: Josep Maria Serra

Escocia
Palacio de Scone, a dos kilómetros de Perth

Si es difícil ver algún escocés luciendo una falda no podemos decir lo mismo de los turistas que, llevados por la fiebre compradora salen de tiendas de souvenirs vestidos con el típico kilt. Uno llega a Escocia con muchas ideas preconcebidas sobre el país y sobre sus habitantes. Y nada mejor para comprobar cuántas de estas ideas son ciertas o no, que viajar a este país y hacerlo por cuenta propia, a nuestro aire.

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Montes en el Parque Nacional Cairngorms

Para ello es imprescindible alquilar un vehículo. Y aquí viene el primer “contratiempo”. En Escocia se circula por la izquierda, los vehículos tienen el volante a la derecha, el cambio a la izquierda (sino es automático, lo que es bastante recomendable) y, además hay muchísimas rotondas en las que hay que salir por el lado contrario del que salimos habitualmente. O sea que mentalizarse y llevar un buen copiloto que esté muy atento a la carretera es imprescindible. Aunque en Escocia proliferan los B&B, las Guest House y los hoteles, si no queremos andar de un lugar a otro buscando alojamiento cuando se acaba el día y estamos cansados, es conveniente elegir los alojamientos antes de salir y reservarlos.

Si lo que queremos es recorrer Escocia de norte a sur y de este a oeste es también muy conveniente comprar una maleta de viaje en la que quepa todo y que sea cómoda de llevar arriba y abajo. No tan solo pensando en los aeropuertos sino también en el recorrido que va del maletero del coche al alojamiento y viceversa.

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Pytlochry (Escocia), una población encantadora y muy turística

Un buen sitio para empezar nuestro viaje es Edimburgo, aunque no es una mala idea dejar la visita de esta bella ciudad para el final. O sea que tal como llegamos cogeremos el coche y, con mucha precaución sobretodo los primeros días, tomaremos la carretera que nos lleva hacia el norte. Lo primero que llama la atención en Escocia es que las carreteras no tienen arcén, a lo sumo algunas tienen una especie de acera para peatones y bicicletas, y que las autovías, que son gratuitas, están salpicadas de rotondas.

Para preparar el recorrido es muy aconsejable mirar los catálogos de viajes a Escocia y ver qué es lo que se acostumbra a visitar en los viajes organizados. Entonces hay que añadirle algunos días más puesto que al ir a nuestro aire lo normal es que nos entretengamos más por el camino. Al calcular las etapas tened en cuenta que las distancias en los mapas están en millas y que cuando veáis 10, no son 10 kilómetros sino 16, lo cual cambia mucho el tiempo de recorrido.

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El castillo de Urquhart, a orillas del lago Ness, rodeado por la niebla

Entre visita y visita el paisaje escocés es para no parar de hacer fotos. También son muchos los lugares en los que no paran los touroperadores y que merecen una visita. El palacio de Scone, por ejemplo, es un lugar interesante. Una parada en Piltochry nos permitirá conocer un bello pueblo cruzado por un río salmonero, pero también un pueblo que acostumbra a estar lleno de turistas.

En Inverness llegamos al territorio del lago Ness que, aún sin monstruo, es un lugar magnífico con el castillo de Urquhart a sus orillas. Las agrestes islas atlánticas o el Parque Nacional del Lago Lomond y las Trossachs en el que no es difícil imaginarse al héroe escocés William Wallace (Braveheart) cabalgando por sus verdes laderas.

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Robert the Bruce, en primer término y el monumento a William Wallace (al fondo) desde el castillo de Stirling

 

Por el camino castillos (con y sin fantasmas), catedrales góticas, monumentos, museos, destilerías y tantas otras cosas que hacen de la preparación de este viaje una difícil y complicada elección. No olvidéis visitar la web de Historical Scotland y haceros miembros de la entidad, os saldrá muy a cuenta puesto que las entradas son muy caras.

Y para acabar un consejo. No dejéis de visitar la Capilla Rosslyn, a 10 millas de Edimburgo, donde se rodaron las escenas finales del Código da Vinci.

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Turistas en el castillo de Edimburgo
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Contemplando la subida de la marea en Lossiemouth

 

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Un pescador encorbatado en el río Inverness
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El unicornio es un animal omnipresente en Escocia. En la imagen, monumento en Stirling