“Por sus esfuerzos en aras de lograr la paz y la cooperación internacional, y en particular por su decisiva iniciativa para resolver el conflicto fronterizo entre Etiopía y Eritrea”.
Comité del Premio Nobel
Abiy Ahmed Ali (Beshasha, 1976), primer ministro etíope, ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2019. Ingeniero informático, militar, político y estadista es, desde el 2 de abril de 2018, el primer ministro de Etiopía. Tan solo asumir el cargo de primer ministro en medio de protestas generalizadas en el país contra el régimen autoritario de Hailemariam Desalegn, Abiy encabezó un amplio proceso de reformas que, en poco más de un año, ha dado la vuelta a la situación que se vivía en el país y ha sido reconocido con tan prestigioso galardón.
“La democracia es impensable sin libertad. La libertad no es un regalo repartido a la gente por un gobierno. Más bien un regalo de la naturaleza para todos que emana de nuestra dignidad humana. Debemos respetar todos los derechos humanos y democráticos, especialmente la libre expresión, reunión y organización, al defender la constitución que surgió de esta manera de entender la libertad. Los derechos de todos nuestros ciudadanos a participar en todas las estructuras y en todos los niveles de manera democrática deben realizarse plenamente.”
Abiy Ahmed, discurso de investidura, 2 de abril del 2018
Abiy liberó 7.600 presos considerados presos políticos en la región de Oromia, además de otros 575 en el resto del país. Autorizó el retorno de dirigentes opositores exiliados e inició la liberación progresiva de la economía en detrimento del tradicional y corrupto monopolio estatal. Hizo un llamamiento a una reforma constitucional que revisara el sistema de federalismo étnico que regía en Etiopía considerado una de las principales causas de la tensión étnica que sufría el país. Además anunció la transición etíope hacia una democracia multipartidista, y promocionó la participación de la mujer en la vida pública instigando la elección de Sahle-Work Zewde como Presidenta de la República. También promovió la elección de la abogada feminista Meaza Ashenafi como presidenta de la Corte Suprema Federal y la paridad de genero entre sus ministros.
Pero sin duda lo que más ha inclinado la balanza hacia la concesión del Premio Nobel de la Paz son, sin duda, sus grandes avances para la consecución de la paz permanente con la vecina Eritrea. Entre 1998 y 2000 la guerra entre ambos países produjo 200.000 muertos y millones de desplazados, y desde que finalizaron las hostilidades mantenían un duro conflicto fronterizo.
Una premisa capital para lograr la paz fue la voluntad incondicional de Abiy de aceptar el fallo del arbitraje de una comisión internacional de fronteras emitido en el 2002. La presidenta del Comité Noruego de los Nobel, Berit Reiss-Andersen, recordó en rueda de prensa que la “paz no surge de las acciones de una sola parte”, y que “cuando el primer ministro Abiy tendió la mano, el presidente Afweki la tomó y ayudó a formalizar el proceso de paz entre ambos países”. El Comité Nobel ha expresado su deseo que este acuerdo de paz ayude a conseguir un cambio positivo para todos los habitantes de Etiopía y Eritrea, “una Etiopía en paz, estable y exitosa tendrá numerosos efectos secundarios positivos y ayudará a fortalecer la fraternidad entre las naciones y los ciudadanos de esta región”, manifestó.
Reiss-Andersen reconoció que quedan muchos retos pendientes y muchos problemas por resolver. “Sin duda, habrá gente que piense que el premio de este año se ha entregado demasiado pronto, pero el comité cree que es ahora cuando los esfuerzos de Abiy Ahmed merecen reconocimiento y aliento”.
Recordar que la paz fue firmada en Asmara y Jeddah en julio y septiembre del año 2018, entre dos y cinco meses después de la toma de posesión del primer ministro Abiy.
El Nobel también ha reconocido la mediación de Abiy Ahmed en las crisis de Sudán y Sudán del Sur donde ha logrado que por primera vez en décadas no haya grupos armados intentando derrocar al gobierno.
Con tan solo 43 años de edad y en poco más de 18 meses, Abiy le ha dado un vuelco a la situación en Etiopía y ha llevado un soplo de aire fresco al continente. Un continente donde todavía abundan políticos que se perpetúan en el poder. Es esto lo que ha querido premiar el Comité Nobel, una nueva manera de hacer las cosas en África y, a pesar de los graves conflictos todavía sin resolver, ha querido que desde el primer momento tuviera un reconocimiento internacional que le diera un empujón definitivo que lo convirtiera en un ejemplo para el resto de países.
En el 2019 Nobel de la Paz viaja de nuevo al continente africano, después de que el año pasado lo recibieran el médico congoleño Denis Mukwege, y la activista iraquí yazidí Nadia Murad por su lucha contra la violencia sexual como arma de guerra.
Viajar a Etiopía cada día tiene nuevos alicientes.
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