Vino y mar, ruta por la DO Alella

jms
26/01/2020

El Maresme es mar, y paisaje, y gastronomía, y calidad de vida, y cercanía a Barcelona. Y Alella, además de todo esto, es vino, bodegas, viñas… En Alella, desde hace 2.000 años, se funden todos los placeres de la vida.

Alta Alella
Viñas junto al mar Mediterráneo

Alella,  un lujo para los sentidos

Es de sobras conocido que los romanos eran de buen vivir. Por ello procuraban asentarse en lugares en los que podían disfrutar. No es extraño pues que decidieran quedarse en el territorio que hoy ocupa Alella, y que éste fuera elegido para la producción de vino. 2.000 años después la DO Alella, una de las más antiguas de la península, es una de las más destacadas de Catalunya, a pesar de ser la más pequeña. Incluye 9 bodegas: Alella Vinícola, Alta Alella, Bouquet d'Alella, Can Roda, Celler de Les Aus, Joaquim Batlle, Raventós d'Alella, Roura y Serralada de Marina.

Andar entre viñedos con el mar como telón de fondo es algo que no tiene precio. Las rutas enológicas por la DO Alella son imprescindibles para todo amante del vino y la cultura. No olvidemos que en el Maresme también encontramos un patrimonio modernista inigualable, del que podremos disfrutar mientras saboreamos una copa de vio blanco.

 bodega romana Vallmora
La visita a la bodega romana Vallmora permite conocer cómo era la producción de vino hace 2.000 años

Una ruta vitivinícola por Alella

Una buena manera de empezar nuestra ruta es hacerlo por los orígenes. Desde Alella podemos visitar la bodega romana Vallmora, ubicada en el vecino municipio de Teià. Se trata de un conjunto arqueológico único en Europa que alberga el Centre Enoturístic i Arqueològic de Vallmora. La bodega romana de Vallmora fue un centro de producción vitivinícola de la Laietana romana con actividad documentada entre los siglos I aC y V dC. 600 años de producción de vino que hoy, 22 siglos después, podemos conocer mediante la visi

ta a este equipamiento. Aquí aprendemos como era el cultivo de la viña, y la producción y la comercialización del vino laietano en la época romana. El yacimiento incluye una viña testimonial y otra experimental, así como las dos únicas reconstrucciones del país de prensas de vino tal como eran hace 2.000 años.

En la bodega romana de Vallmora se conservan vestigios de las salas de prensado, de los depósitos donde almacenaban el mosto y de tinajas de cerámica semienterradas. Entre otros objetos de halló el “signaculum” de plomo con el nombre del responsable de la bodega en siglo II dC: “Epictec, esclavo de Luci Pedani Clement”.

Alta Alella
Vista de la bodega antigua de Alta Alella

Podemos continuar nuestra ruta entre viñedos, cerezos, almendros, olivos, mientras nos imaginamos cómo era esta tierra hace 2.000 años cuando todo eran vides y éstas llegaban hasta el mar. De las nueve bodegas de la DO Alella, tres están en el municipio de Alella, dos de ellas pertenecientes a la familia Pujol-Busquets Guillén: Alta Alella y el Celler de les Aus.

Los orígenes de Alta Alella se remontan a los inicios de los 90 cuando la familia Pujol-Busquets adquirió la finca de Can Genís, que alberga un gran edificio con reminiscencias nuevecentistas y está ubicada en la zona agrícola del Parc Natural de la Serralada de Marina. Allí empezaron plantar las primeras viñas, y así junto la Pansa Blanca (Xarel·lo), variedad tradicional de Alella, plantaron muchas otras incluida la olvidada Mataró, que no se cultivaba en Alella des de los tiempos de la filoxera. Desde el primer momento toda la producción ha sido ecológica.

Alta Alella apuesta con firmeza por el enoturismo, hasta el punto que ha construido un centro de recepción de visitas para que los amantes del vino y el cava puedan degustar los productos de la finca mientras se delectan con unas magníficas vistas sobre el Mediterráneo en un entorno vinícola familiar. Alta Alella puede visitarse todos los días de la semana (previa reserva) por un precio de, entre 15 y 20 euros, que incluye una degustación. Entre otras actividades, esta bodega propone  un taller de arte vinícola para niños y niñas mayores de cuatro años.

El Celler de les Aus es una nueva apuesta de esta familia por la ecología con el objetivo de conseguir vinos naturales a partir de los conocimientos y la experiencia acumulados a lo largo de cuatro décadas dedicados al vino. El edificio de esta bodega, diseñado por el arquitecto Alfons Soldevila, ha sido construido a partir de material reciclado e integrado en su entorno. La bodega puede visitarse todos los días de la semana (previa reserva) por un precio que oscila entre los 15 y los 30 euros, e incluye diversas degustaciones.

Desayunar, hacer una "calçotada" o cenar en medio de las viñas una noche de luna llena son algunos de los placeres que nos proponen las bodegas Bouquet d'Alella

Alella
Un buen desayuno en medio de las viñas de Bouquet d'Alella, con el mar al fondo

Bouquet d’Alella es la más joven de las bodegas del DO. Está junto el casco urbano de Alella y rodeada de viñas, en una preciosa masía del siglo XIV. En el 2010, los hermanos Cerdà, siguiendo una tradición familiar, empezaron la aventura de elaborar un producto moderno, de calidad y con una imagen muy moderna. Por un lado producen vinos ecológicos y por otra han apostado fuerte por el enoturismo. A tan solo 15 kilómetros de Barcelona es posible recorrer esta bodega, conocer sus experiencias vitivinicolas y degustar sus vinos.0

Sus propuestas son de lo más variado y tentador: Visita entre viñas, desayuno, picnic o aperitivo entre viñas, “calçotada” en la viña, paseo en quad por las viñas, desayuno de cuchillo y tenedor, o una cena en la viña en una noche de luna llena (16 de julio y 15 de agosto del 2019).

Con los pies en la tierra Alella es un lujo para los sentidos, pero si queremos también podemos disfrutar y conocer esta zona en helicóptero por 165 euros.

Agencias de Viajes LGTBIQ+ 

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