Dachau: lucha contra el olvido

jms
10/03/2015

dachau

“Lo que ocurre en el pasado vuelve a ser vivido en la memoria”. John Dewey.

Y no debemos olvidarlo jamás. Los campos de concentración cumplen una función esencial hoy en día: mostrar la crueldad vivida por millones de personas hace tan solo 70 años. Muchos de éstos tienen sus puertas abiertas para que podamos contemplar aquello que, por mucho que cueste de creer, fue la cruda realidad. Uno de estos campos, que hoy se pueden visitar, es Dachau.

nerea

 

Texto y fotos:
Nerea Sánchez Rodríguez

21 de marzo de 1933
Se construye el primer campo de concentración ideado por los nazis: Dachau. A tan sólo 16km de Munich (München) se alza la segunda mayor residencia de tortura que albergó a un total de 206.206 presos de más de 30 nacionalidades.

22 de marzo de 1933
Comienzan a llegar los primeros presos. Trenes abarrotados de reclusos que llevan días viajando sin ningún tipo de alimento, líquido o espacio suficiente para ni siquiera respirar. Estos serán los primeros encargados de poner en marcha el infierno de sus vidas arreglando el emplazamiento destinado a Dachau. Actualmente, podemos aún observar los raíles que evidencian la llegada de trenes.

‘Arbeit Macht Frei’

puerta
Puerta de entrada a Dachau

"El trabajo libera" o "El trabajo os hará libres". Así nos da la bienvenida a Dachau al avanzar hacia la puerta que da acceso a la zona donde habitaban los reclusos (robada el 2014). Y así recibía también a los miles de presos, en su mayoría religiosos, políticos, aristócratas e intelectuales, que eran obligados a permanecer en un campo de concentración para el resto de sus vidas.

Éste es el mismo cartel que se encuentra en Auswitch, el campo de concentración más grande y con un índice mayor de asesinatos y torturas. A partir de aquí, tu cuerpo comienza a experimentar una sensación desagradable, tu memoria viaja sin rumbo por los rincones del Tercer Reich y un sentimiento de rabia e impotencia se adueña de ti. Pero ya no hay vuelta atrás. Igual que ellos no tuvieron una segunda oportunidad.

Toca pasar lista
Los presos debían acudir sin retrasarse a las dos llamadas diarias para pasar lista, una por la mañana y otra por la tarde. No existían excusas parar la ausencia, no importaban las condiciones climáticas ni el estado de salud. Todos debían permanecer de pie y rígidos hasta que las SS, encargados del dominio total del campo, acababan su recuento. No hace falta decir que se ejecutaron numerosas torturas en momentos como éstos y que nadie podía mover un dedo si no quería que llegara su turno.

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Los calabozos del búnker

El bunker
Si alguien osaba crispar los nervios de algún SS, algo nada difícil de conseguir, iba directo al temido Bunker. Entrar en un calabozo como éste impacta a cualquier persona. Frío, oscuridad, suciedad, encierro, hambre, miedo, dolor… en cantidades inimaginables son los olores que impregnan la atmósfera. Pequeños espacios en los que un preso podía permanecer incontables días sometido a tratamientos experimentales, pruebas médicas, infecciones premeditadas, torturas y sufrimiento. No se les consideraba humanos por lo que no había ningún tipo de consideración. Se pueden observar restos de sangre seca o agujeros producidos por armas en las paredes de las celdas.

Prostitutas y trabajo
Dachau también tenía un burdel. Se entendía que aumentaba la producción si los presos tenían sexo, por lo que algunos de ellos podían mantener relaciones íntimas con mujeres que traían de campos de concentración diversos. Obviamente, este trato de favor solo iba destinado a los SS y a aquellos reclusos que disfrutaban de condiciones especiales por mostrarse cercanos a ellos.

Hora de ir a dormir

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Literas en una de las 32 barracas del campo

También se puede visitar una de las 32 barracas (incluyendo la del clero y la experimentos médicos) en las que dormían los reclusos después de jornadas inagotables de fatiga divididos en 48 campos de trabajo. Estrechísimas camas de madera en las que podían llegar a amontonarse hasta tres o cuatro personas ya que el campo multiplicó su capacidad pasando de 6.000 a 32.000 personas.

Huele a gas
Como no podía ser de otra manera, también es accesible la entrada a los crematorios, el antiguo y el nuevo, éste último incluye la cámara de gas. El incesante humo negro que inundaba Dachau era protagonizado por la crema de cuerpos de presos fusilados con anterioridad (en el campo de tiro). Pese a que existen testigos que relatan historias sobre el engaño producido por las SS al transportar a los reclusos a las cámaras de gas para ‘ducharse’, parece ser que en Dachau no hay muestras verificables de que se exterminaran humanos en las mismas.

ducha
Una de las "duchas" por las que salía gas en lugar de agua

Aún así, sí se pueden ver las cuatro salas que forman el proceso de la cámara de gas: La primera dónde les informaban de qué se iban a duchar, la segunda dónde les quitaban la ropa (llevada a desinfectar para otros reclusos), la tercera en la cual disparaban el gas y la última en la que recogían los cuerpos sin vida. Por lo tanto, es incongruente.

29 de abril de 1945
Las tropas americanas liberan Dachau. Y devuelven la libertad a aquellos prisioneros que permanecen con vida dentro del campo de concentración. Los alemanes, al conocer que los aliados ganaban terreno, obligaron a más de 7.000 prisioneros a partir hacia la ‘marcha de la muerte’, al sur de Alemania.

Museo Conmemorativo
Las instalaciones del actual Dachau han sido reconvertidas en un Museo Conmemorativo des de 1965 gracias al empeño e iniciativa de aquéllos que ‘vivieron’ (si puedo llamarlo así) allí y consiguieron salir con vida. Las diferentes salas relatan la historia de miles de presos que sufrieron la crueldad de un régimen desatado, autoritario e increíblemente inhumano. A través de paneles informativos, salas de proyección audiovisual, fotografías, textos, testimonios, objetos personales… se desata ante ti una realidad que no debe ser olvidada.

Con el paso del tiempo estamos perdiendo a los principales protagonistas de esta historia, pero eso no significa que se acabe aquí. El recuerdo permanecerá en la conciencia de la raza humana hasta que ésta llegue a su fin.

Información práctica
La valla electrificada, el alambre de púas y algunas de las torres de vigilancia que circunscriban el campo siguen intactas para crear una sensación claustrofóbica al llegar a Dachau.

El campo está abierto cada día de la semana de 9 am a 5 pm. La entrada es gratuita. Se puede acceder fácilmente con transporte público desde Múnich.

Recomiendo firmemente adquirir la audioguía antes de entrar a Dachau. Es muy completa a la vez que económica.

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